Cuando Phoebee Bambury, de 19 años, comenzó a tener fiebre y un ligero dolor de cabeza, sospechó que tenía algo diferente a lo que la mayoría pensaría: que sólo padecía un resfriado común.
Y eso le salvó la vida.
La joven británica reconoció, en esos síntomas tan triviales, las señales del mortal Síndrome de Choque Tóxico (TSS por sus siglas en inglés).
Esta enfermedad es causada por bacterias que ingresan al organismo y liberan cantidades letales de toxinas.
Después de dejar la pesadilla atrás, Phoebee Bambury se ha dedicado a enseñar a otros jóvenes a detectar la enfermedad a tiempo.
No tenía ni diez minutos en el hospital y debieron inyectarle suero y bajar la temperatura de su cuerpo con un ventilador industrial. |
Tampones
"En un principio yo sólo pensé que pasaba por una malestar trivial y que me sentiría mal por unos días", contó la joven a la BBC.
Al dolor de cabeza y la fiebre en cuestión de horas se sumó el malestar muscular y los vómitos.
"Por supuesto nadie piensa "quizá tengo un choque tóxico", pero yo sospechaba que esos podían ser los síntomas y que necesitaba revisarlos", agrega.
Aunque este síndrome puede adquirirse de diversas maneras, por lo general se asocia con el uso de un tampón por demasiado tiempo.
En algunos paquetes de tampones incluso puede hallarse la descripción de los síntomas.
El tampón es uno de los productos de higiene femenina más comunes aunque su uso adecuado y riesgos no siempre son conocidos. |
"Pensé que todo coincidía así que llamé inmediatamente a emergencias y me dijeron que tenía que ir al hospital inmediatamente", cuenta Bambury.
Tratamiento inmediato
La intoxicación avanzó de forma acelerada.
Apenas diez minutos después de ingresar al hospital recibió un suero y conectaron un ventilador a su lado para bajarle la temperatura del cuerpo.
Su cuerpo comenzó a hincharse.
Los médicos confirmaron que los tampones provocaron en Phoebee el síndrome de choque tóxico, aunque ella insiste en que no usó el tampón por más de ocho horas.
Phoebee cuenta que estaba en casa de su novio cuando empezó a sentir los primeros síntomas. |
La joven asegura que sus estudios en farmacia la habían hecho más consciente de las infecciones.
"La madre de un amigo murió por un shock tóxico, así que siempre he estado alerta", asegura.
Educación sexual
Lejos de lo que podría aparentar, casos así son extremadamente raros.
En Reino Unido, por ejemplo, unas 40 personas son diagnosticadas al año, de las cuales fallecen dos, en promedio.
"Creo que como parte de la educación sexual y las charlas sobre tampones y condones, deberían de hablar de este tipo de síndromes", señala la joven de 19 años.
Desde que salió del hospital, hace tres semanas, Phoebee Bambury se ha dedicado a promover conversatorios sobre la enfermedad en su universidad.
"Es imposible para muchas mujeres dejar de usar tampones, pero entonces deben de tener mucha mayor precaución", recomienda.