La Gran Mancha Roja de Júpiter, el mayor y más emblemático vórtice del Sistema Solar, se ha observado durante al menos dos siglos. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha constatado que este torbellino es mucho más profundo de lo que se pensaba inicialmente, según la conclusión de sendos estudios publicados por la revista especializada Science.
La icónica Gran Mancha Roja de Júpiter es una enorme tormenta en forma de torbellino de 16.000 kilómetros de ancho que lleva varios cientos de años en movimiento. Una cuestión clave para los científicos es la profundidad a la que se extiende por debajo de sus nubes visibles.
Una tormenta tan grande que podría "tragarse" la Tierra
En la atmósfera de Júpiter abundan las grandes tormentas y la frecuencia de vientos giratorios, incluida la Gran Mancha Roja, una tormenta tan masiva que podría "tragarse" la Tierra entera, explica la revista. Sin embargo, no está claro si estas tormentas se limitan a las partes más altas de la atmósfera del planeta o se extienden hacia el interior del mismo.
"Desde un punto de vista científico, es desconcertante cómo la tormenta puede durar tanto tiempo y ser tan grande", dijo Scott Bolton, autor principal de una de las investigaciones realizadas.
Gracias a los datos recogidos por la sonda espacial Juno de la NASA, los expertos analizaron la estructura vertical de la Gran Mancha Roja, así como de otras dos tormentas, y descubrieron que se extienden por debajo de la altitud a la que se espera que se condense el agua y el amoníaco, o el nivel de nubes del planeta. Esto es particularmente cierto en el caso de la Gran Mancha Roja.
Dos enfoques diferentes llegaron a la misma conclusión
Según los autores, esto sugiere la presencia de procesos dinámicos a pequeña escala -como la precipitación y las corrientes descendentes- a niveles mucho más profundos de lo esperado anteriormente, lo que puede indicar una conexión entre el interior de Júpiter y la atmósfera profunda.
Utilizando dos enfoques diferentes para inferir la profundidad de este vórtice, ambos con resultados consistentes, los científicos encontraron que la profundidad de la Gran Mancha Roja no supera los 500 kilómetros, mientras que los chorros circundantes se extienden hasta profundidades cercanas a los 3.000 kilómetros.
Juno lleva orbitando y vigilando Júpiter desde 2016 y los hallazgos que ahora se publican proporcionan, según la NASA, la primera visión en 3D de cómo funciona la agitada atmósfera del planeta bajo las capas superiores de nubes.