AFP

Los desfiles de alta costura se abrieron el domingo en París con la llamativa propuesta de vestir a la mujer con bolsas de basura, planteada por la marca belga A.F. Vandevorst, en una jornada marcada por el debut de dos firmas estadounidenses.

El matrimonio de diseñadores Filip Arickx y An Vandevorst convirtieron las bolsas destinadas a meter los desechos en faldas con volantes, elegantes vestidos de noche, y tampoco se privaron de usarlas como velo.

En su desfile, emplearon además bolsas de plástico de tintorería a modo de faldas tubo, así como pantalones ajustados en PVC.

"Se trata de la libertad absoluta y la creatividad, y de una mujer que vive con lo que lleva en su maleta, transformando lo viejo en algo nuevo", explicó a la AFP Vandevorst.

Esa mujer "es tan creativa que el material no importa", insistió.

Así, hasta un bolso de piel negro puede transformarse en sombrero, combinado con una bolsa negra de la tintorería.

Dos americanos en París

Desertoras de la Fashion Week de Nueva York, las firmas estadounidenses de prêt-à-porter Rodarte y Proenza Schouler se estrenaron en París como "invitadas", presentando colecciones que se acercaron a la alta costura y ensalzaron el trabajo artesanal.

Rodarte, marca de las hermanas Kate y Laura Mulleavy y basada en Los Angeles, se define por un estilo cargado de influencias literarias y artísticas y entre sus clientas destacan estrellas como Katy Perry y Natalie Portman.

Las transparencias, las plumas y los bordados destacaron en las delicadas prendas de las modelos, que también lucieron topos estampados y volantes, aportando un toque hispánico.

Como Proenza Schouler, Rodarte decidió dejar Nueva York por París para ganar tiempo y presentar la colección dos meses antes, pero también porque "Francia considera la moda como arte, algo que no sucede en Estados Unidos", explicó Kate Mulleavy al New York Times.

Los diseñadores Jack McCollough y Lázaro Hernández, artífices de Proenza Schouler, apostaron por una colección abundante igualmente en volantes, estampados alegres con flores y encajes, pero con un estilo decididamente moderno, con aperturas inesperadas y una sensación de inacabado.

Piel de pitón y estilo dragón

El italiano Maurizio Galante exhibió su colección - de forma estática - en un lujoso hotel flotante de París, del que diseñó dos de sus "suites", con dos llamativos vestidos que representaban una pitón que sube por el cuerpo - realizada con piel de ese animal - y se sostiene con hilos de seda, sin prácticamente dejar lugar a la imaginación.

Galante recuperó además su creación más emblemática, la chaqueta inspirada en el dragón que diseñó a principios de los años 1990, logrando una silueta voluminosa de la que sobresalían escamas puntiagudas.

Excentricidad y sensualidad

La creadora francesa de origen africano Adeline André tampoco optó por el tradicional desfile, organizando una "performance" en el Instituto del Mundo Árabe, con siete modelos y artistas femeninas que desfilaron con unos abrigos de formas geométricas, que se imponían como una gigantesca carcasa, que solo dejaba al descubierto el rostro y los pies.

Dos mujeres vestidas con bata blanca despojaban cada vez a la modelo de su "funda", para revelar toda su sensualidad con vestidos de seda y viscosa.

Pese a que se trata oficialmente de los desfiles de alta costura, la mayoría de las firmas son "invitadas" y pertenecen al prêt-à-porter. Sólo 15 casas - como Dior, Chanel y Maison Margiela -, tienen derecho a presentarse con esa apelación, cuya característica principal - además de sus precios exorbitantes - es que la ropa se confecciona a medida, utilizando los tejidos más nobles.

Publicidad