Las bajas temperaturas y el frío de otoño nos recuerdan que quedan sólo días para la llegada del invierno. Si bien algunos prefieren las temperaturas más cálidas simplemente porque no les gusta el frío, otros las prefieren porque padecen una patología que podría complicar su salud: la alergia al frío.
¿Qué es la alergia al frío?
La alergia al frío, como se la conoce popularmente, en realidad es la urticaria por frío y consiste en una reacción alérgica provocada por la exposición a temperaturas muy bajas, es decir, exposición al aire frío, contacto con objetos fríos o consumo de bebidas frías.
Esta afección, manifestada como manchas rojas que pican en la piel, se desarrolla a partir de una respuesta inmune anormal en la que el sistema inmunológico identifica incorrectamente el frío como una amenaza.
"El desencadenante es el contacto con el frío, que se producirá a través de la piel, de objetos fríos o, por ejemplo, de líquidos o alimentos. Cada vez que el paciente tiene ese contacto, desarrollará la lesión en ese lugar", señala Fernanda Wroblevski, dermatóloga y especialista de la Sociedad Brasileña de Dermatología, de acuerdo a un artículo publicado en MeteoRed.cl.
Además, explica que “hay personas que desarrollan esta condición desde la infancia, como algo desde el inicio de la vida, y hay personas que la desarrollan a lo largo de su vida. Le sucede más comúnmente a los adultos jóvenes”.
Esta condición también ocurre como sucede con la alergia producto del calor.