No es un mito, sino realidad científica: Los elefantes tienen excelente memoria a largo plazo. Según un estudio publicado por la Universidad Christian Albrechts de Kiel, los paquidermos son capaces de recordar a sus cuidadores incluso después de muchos años. La investigación aseguró que los elefantes africanos que fueron separados de su cuidador aparentemente todavía conocían su olor 13 años después. Según la institución, el estudio es el primero en investigar científicamente si los elefantes pueden recordar individuos de otra especie después de mucho tiempo.
Hasta ahora, todo lo que se había demostrado científicamente en cuanto a la famosa "memoria de elefante" es que los proboscidios son capaces de recordar los pozos de agua que han visitado, incluso después de décadas. A menudo, los elefantes han reconocido a miembros de su propia especie que no habían visto en mucho tiempo.
Investigación concluye que el olor es más fuerte que la imagen
El estudio se llevó a cabo en colaboración con el Parque Serengeti en Hodenhagen, Baja Sajonia. Allí viven dos elefantes que se trasladaron del zoológico de Berlín a esa localidad hace 13 años.
"Nos pusimos en contacto con excuidadores berlineses, en total tres hombres", afirma Martin Kränzlin, de la Universidad de Kiel. "Para nuestro experimento, usaron una camiseta durante ocho horas, que luego utilizamos como estímulo olfativo". Además, se grabó una breve frase hablada y se tomaron retratos que luego fueron enseñados a los paquidermos.
En el experimento, los investigadores colocaron dos bastidores uno al lado del otro fuera del recinto. En uno de ellos presentaban un objeto de un excuidador, por ejemplo una camiseta desgastada o una impresión en tamaño natural del retrato. Luego hicieron lo mismo, pero con muestras de personas desconocidas para los elefantes.
Aunque la tendencia fue clara al ver ambos tipos de estímulo e intentaron alcanzarlos con sus trompas, en el caso de los cuidadores conocidos, falta determinar por qué la respuesta fue más fuerte cuando la muestra presentada era una camiseta. En cambio, no hubo diferencias estadísticamente significativas en los retratos fotográficos y las frases habladas.
Por tanto, se necesitan más estudios con un mayor número de ejemplares para confirmar incontrovertiblemente los resultados, afirma la científica líder del estudio, Christine Böhmer.