Cuando miramos a una persona o algún objeto, es difícil imaginarlos transparentes. Salvo que se trate de un cristal, poder ver a través de un cuerpo sólido es algo que sólo ocurriría en una película.
Sin embargo, un grupo de científicos habría elaborado un colorante que vuelve transparente la piel o los cráneos de ratones vivos. ¿Estamos frente a una pomada de la invisibilidad?
De acuerdo con la revista Science, un equipo de investigadores de la Universidad Stanford, en Estados Unidos, aplicó algunas ideas fundamentales para llegar a esta conclusión. Algunos colorantes, especialmente eficaces absorbiendo luz y volviendo los objetos opacos, también podrían servir para nivelar los índices de refracción de distintos materiales y volverlos transparentes.
“Combinamos el colorante amarillo, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, con la piel, que es un medio de dispersión. Individualmente, estas dos cosas impiden que la mayor parte de la luz las atraviese, pero juntas, nos permitieron hacer transparente la piel del ratón”, resume Zihao Ou, profesor de física de la Universidad de Texas en Dallas y coautor del estudio, en un comunicado de su institución.
¿Cómo funciona la pomada que vuelve "invisible" a los ratones?
Un colorante que pensó que podría provocar este efecto, muy opaco en el azul y capaz de otorgar transparencia en el rojo, es la tartracina, utilizado en una gran cantidad de alimentos para lograr un color amarillento.
Al introducirlo en el agua, sus moléculas se estructuraron de tal manera que igualaron los índices de refracción del entorno e impidieron la dispersión de la luz, produciendo transparencia.
La pomada fue probada más tarde en pechugas finas de pollo. Al incrementar la concentración de tartracina, el nivel de refracción de los fluidos dentro de las células musculares aumentó a tal punto que igualó el de las proteínas de los músculos. Fue cuando las pechugas se volvieron transparentes, por increíble que parezca.
La siguiente prueba fue en ratones vivos. Se comenzó con el cráneo y tras unos minutos, cuando penetró completamente la piel, ésta se volvió transparente, dejando ver los vasos sanguíneos.
En el abdomen, en tanto, la tartracina se decoloró hasta que dejó ver las contracciones del intestino.
Destacar que luego de lavar la piel y el cráneo de los animales, estos recuperaron su opacidad y los investigadores no observaron daños que pudiera haber provocado la sustancia.