En 1997 caminó en topless en el desfile de Alexander McQueen. El año siguiente apareció en la portada de Vogue siendo destacada como "el regreso de las curvas". Aclamada por su apariencia sexy, Gisele Bündchen se hizo conocida en la industria de la moda como "los pechos de Brasil" y obtuvo un contrato de 25 millones de dólares en Victoria's Secret, lo que en su momento fue un récord.
Pero casi 20 años después, luego de amamantar a Benjamín y Vivian, sus hijos con Tom Brady, durante más de 18 meses cada uno, Bündchen declaró que su autoestima se vio afectada cuando se dio cuenta de que sus senos ahora eran más pequeños que antes y ligeramente irregulares.
"Siempre me elogiaron por mi cuerpo, y sentía que la gente tenía expectativas mías que no podía cumplir", declaró Bündchen en una entrevista a People.
"Me sentí muy vulnerable, porque puedo hacer ejercicio, puedo comer sano, pero no puedo cambiar el hecho de que mis hijos disfrutaron más el pecho izquierdo que el derecho. Todo lo que quería era que fueran parejas y que la gente dejara de comentar sobre eso", añadió.
En su libro de memorias, "Lecciones: Mi camino hacia una vida significativa", la modelo revela que en 2015, pasó por el quirófano para un aumento de senos. Una decisión de la que dice que inmediatamente se arrepintió.
"Cuando me desperté, pensé: '¿Qué he hecho?' Me sentí como si estuviera viviendo en un cuerpo que no reconocí. Durante el primer año, usé ropa holgada porque me sentía incómoda", señaló Bündchen.
La modelo explicó que su marido, Tom Brady, fue una fuente de apoyo: "Él solo dijo: 'Te amo, no importa qué' y que me veía hermosa", dice. "Esta fue definitivamente otra lección: lo que no te mata te hace más fuerte. Pero desearía haberlo aprendido de otra manera", afirmó.
En su reciente entrevista con People, Bündchen también revela su lucha contra los ataques de pánico y los pensamientos suicidas, así como sobre las tensiones del matrimonio y la maternidad.