Una joven profesora de ballet de 23 años, llegó hasta un hospital en el estado de Illinois, EE.UU. pensando que sufría de cálculos renales, pero terminó dando a luz cuatro horas luego de ser ingresada al centro asistencia.
Los médicos decidieron administrarle unos calmantes para aliviar el dolor, pero antes le tuvieron que realizar un examen físico para asegurarse de que no estaba embarazada.
La joven ignoraba que estaba embarazada y había sufrido cálculos anteriormente, por lo que al sentir un dolor parecido a "los peores calambres menstruales", pensó que nuevamente sufría de los riñones.
"No me pusieron anestesia epidural porque era demasiado tarde para ayudarme. Tenía un dolor insoportable, no tenía idea de si iba a tener un niño o niña, un bebé a término o prematuro, sano o enfermo", contó la mujer.
Pese a lo sorpresivo del parto, la joven tuvo a una pequeña niña sana a la que llamó Winnie.