En una entrevista con la cadena ABC, la viuda del actor Robin Williams, Susan Schneider, habló por primera vez tras la muerte del emblemático actor, ocurrida en agosto de 2014.
Es que además de haber sufrido del mal de parkinson y depresión, la ex mujer del protagonista de "Papá por siempre" confirmó que Williams padecía de demencia con cuerpos de Lewy, destacando que "no fue la depresión lo que mató a Robin. La depresión fue uno de los cincuenta síntomas que tenía y fue pequeño".
Susan agregó que el actor "experimentó ataques de ansiedad que lo paralizaban. Una vez calculó mal al cerrar una puerta y acabó con la cabeza ensangrentada y rigidez muscular, y era incapaz de decir qué le había pasado. Sin embargo, su equipo de médicos no pudieron identificar qué le pasaba hasta que le realizaron la autopsia".
Los síntomas de Williams comenzaron en noviembre de 2013 e incluyeron dolor de estómago, estreñimiento, problemas urinarios e insomnio. Para el mes de mayo siguiente, él sufría de rigidez, caídas, andaba arrastrando los pies y "estaba perdiendo su voz", dijo la mujer que lo definió como "el hombre más valiente que he conocido".
Susan Schneider confidenció que "estábamos viviendo una pesadilla", con cambios de ánimo y físicos del actor todos los días y con hechos que en un minuto eran lógicos y al rato ya no. Su ex mujer añadió que "esta enfermedad era más rápida y más grande que nosotros. El final era, de igual manera, la muerte".
En ese sentido, la viuda de Robin destacó que "él era muy consciente de que estaba perdiendo el juicio y que no había nada que se pudiera hacer al respecto", sintetizando que "pido a Dios que arroje algo de luz sobre la enfermedad que sufren millones de personas y sus familiares con ellos". Además, señaló que lo último que le dijo él fue "Buenas noches, mi amor".