Casi un año de hype es lo que ha acumulado Dragon Ball Super: Broly, la nueva película de Gokú y sus amigos que ha llegado a los cines de Chile y Latinoamérica, tras su exitoso estreno en Japón —donde ha cosechado grandes éxitos—. 

Akira Toriyama, creador de la saga, retoma el control creativo y se hace con esta película que viene a refrescar y hacer más sólida la historia de Dragon Ball. Los más de 30 años de esta franquicia se notan y justamente por ello Toriyama escribe un guión que reafirma y ajusta momentos de la historia que quedaron con algunos huecos. 

Como nunca antes vemos interactuar a los padres de los protagonistas, con su motivaciones y facetas poco conocidas. Es el caso de Bardock —padre de Kakaroto— quien junto a su esposa Gine está preocupado por su hijo, al punto de mandarlo a otro planeta (la Tierra) para que pueda sobrevivir y seguir así su linaje.

Al otro lado está el rey Vegeta, quien ve a su hijo como el único y verdadero saiyajin capaz de liderar la raza guerrera y el universo entero. Motivado por el orgullo, el líder saiyajin es quien ocasiona que más tarde ocurra el gran enfrentamiento que veremos en la película.

El personaje más esperado y a quien conocemos oficialmente como parte de la historia de Dragon Ball es Broly, el saiyajin legendario que sorprende a los protagonistas con su gran poder. Es su padre, Paragus, quien lo marca para ser en quien se convierte.

La hora y 40 minutos que dura la cinta, dirigida por Tatsuya Nagamine, será un gusto para el grueso de los fans, quienes recibirán respuestas, humor, guiños a la historia pasada y, por supuesto, una gran pelea que parece no tener límites.

La esperada batalla con Broly nos muestra power-ups épicos y luce el entrenamiento de Gokú y Vegeta, aunque también podría frustrar a más de uno al ver cómo este nuevo personaje parece no agotarse y superar las pruebas que los protagonistas le ponen.

El diseño de los personas el algo que también se refresca, al punto que llegan a ratos a rejuvenecer y verlos como se les conoció en los 90s. Eso sí, todo esto ocurre post Torneo del Poder de Dragon Ball Super, por lo que Bills (dios de la destrucción) y Wiss hacen su aparición en esta entrega.

Una cosa que en lo personal extrañé fue el no uso del mismo OST de Dragon Ball Super, esta vez rellenado con más guitarras eléctricas y gritos de fondo que a ratos no acompañaba. Y es que los famosos ruidos de Gokú o Vegeta son ocupados por otra voz que resulta venir de la música que acompaña la batalla.

¿Hay escena post-créditos en "Dragon Ball Super: Broly"?

A pesar de ello, el enfrentamiento no decepciona y la animación retrata el impresionante poder con que cuentan los personajes. Destellos con peleas en primera persona que demostraban cómo era pelear contra uno y otro personaje. 

Y tranquilos a fans de Freezer, que es otro que resulta clave en todo esto.

Dragon Ball siempre se ha caracterizado por el humor y acá nuevamente se luce, aunque sin derrochar. Con situaciones que harán disfrutar la película y confirmar cómo es la personalidad de cada uno de los personajes.

En definitiva, Dragon Ball Super: Broly es la película que todo fan de Dragon Ball debe acudir a ver. Es cierto que quedamos con algunas otras preguntas —como el parecido de Broly con Kale que Gokú parece no advertir—, pero de seguro son respuesta que podríamos tener más adelante en la saga.

¿Es un capítulo de larga duración? Algunos podrían decir que facilmente lo es, pero ciertamente cumple con todo para sentarse y disfrutar de un inicio, desarrollo y final que es lo que se busca en sala.

Y no, no esperes que los límites se mantengan en Dragon Ball Super: Broly: acá se expande no sólo el universo de la saga, también por supuesto los niveles de poder que otra vez parecen absurdos pero que ciertamente es algo de lo que estamos ya acostumbrados.

Poderosa, divertida y amplificadora. Dragon Ball Super: Broly es la película animé del verano que nos dice una vez más que Dragon Ball tiene mucho más que entregar.

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