La artista estadounidense Pink, reconocida por canciones como "Get the party started" y "Just like a pill", trató con dureza a los paparazzis australianos luego de que la criticaran por una foto donde aparece tomando sol en la playa justo después de cancelar un concierto en Sídney.
La artista tuvo que "bajar" el espectáculo debido a una infección en las vías respiratorias y luego se encontró con esa imagen junto a su hija Willow de 7 años que sirvió para ponerla en la polémica.
Ante esto, Pink escribió en una publicación en Instagram que "no necesito aclarar esto, pero por respeto a mis fanáticos lo intentaré".
"Programé esta gira meticulosamente, tratando de hacer lo mejor para mis hijos, mientras también mejoraba físicamente para este exigente y hermoso espectáculo. Este descanso en Byron se ha programado desde 2017, como una forma de salir del hotel y el invierno y pasar un tiempo con mis hijos", añadió.
La artista, cuyo verdadero nombre es Alecia Beth Moore, explicó que había estado dos veces enferma durante la etapa actual de la gira, pero que fue capaz de continuar hasta esta recaída.
"Lo que estos paparazzi parásitos no te muestran son las dos visitas al médico en Byron durante dos días consecutivos, antibióticos, aerosol nasal, aerosol para la garganta, más esteroides, NyQuil, un bebé gritando en medio de la noche, mientras mamá le da baños calientes y le dice a su hija que todo está bien", continuó.
De hecho, estaba particularmente enojada por su "historial impecable" de no cancelar conciertos durante su carrera.
"Pueden pensar lo que quieran, es su derecho, pero nunca me he aprovechado de nadie en toda mi vida", apuntó.
De inmediato, recibió muestras de afecto por parte de los fanáticos y de algunos colegas como Justin Timberlake, que le deseó una rápida recuperación.