Los Caminantes Blancos cruzaron el Muro que protegía a Poniente de la muerte. En "El dragón y el lobo", el último capítulo de la séptima temporada de "Game of thrones", el dragón "no-muerto" Viserion ayudó a destruir parte de la fortaleza para dejarle el camino libre a sus aliados.
Hemos visto que las maneras de acabar definitivamente con ellos no son muchas, pero hay tres claves que podrían detenerlos. Y a continuación resumimos qué personajes podrían ser claves para salvar a los Siete Reinos de la destrucción definitiva.
La primera forma de matar al ejército del Rey de la Noche es con las armas hechas de acero valyrio.
Brienne de Tarth tiene a Guardajuramentos, un regalo que le hizo Jaime Lannister. Esa espada fue construida de Ice, la espada de Ned Stark que fue fundida luego de su muerte.
Jaime Lannister, en tanto, heredó Lamento de la Viuda, también hecha de la espada de Ned Stark y que perteneció a Joffrey Baratheon hasta su muerte.
Jon Nieve posee a Garra, como un regalo de Jeor Mormont en El Muro —y que el Rey en el Norte quiso entregársela a su hijo Jorah Mormont, pero no la aceptó—.
Sam Tarly tiene a Heartsbane, que la robó de la casa de sus padres antes de marcharse a la Ciudadela para convertirse en maestre.
La última que se conoce es Arya Stark, que se quedó con la daga de Meñique que este había regalado a Bran —la misma con la que intentaron matarlo en la primera temporada—.
Además de ellos, Euron Greyjoy guarda un gran tesoro si se le llegase a cruzar un Caminante Blanco: es el único hombre conocido en Poniente que porta una armadura de acero valyrio.
Jon Snow, además, posee una daga de vidriagón con la que mató al wight apresado en Desembarco del Rey. Más importante aún, en Rocadragón, la fortaleza de Daenerys Targaryen, hay un depósito de este material para explotar.
Se espera que de aquí al cruce definitivo entre vivos y muertos, los salvajes, los Inmaculados y los Dothraki porten armas hechas de vidriagón.
Eso sí, incluso más poderoso que un ejército son los dragones de Daenerys —Drogon y Raeghal—, que como ya hemos visto son capaces de atacar con el fuego necesario para vencer al ejército de muerte que camina hacia Poniente.
