En "La la land", Ryan Gosling construyó su personaje por completo. Nunca fue un gran fan de los musicales, así que perfeccionó cada uno de los aspectos que debía cumplir en su papel de Sebastian: con Emma Stone (Mia, en la cinta) asistieron a clases de baile por tres meses, donde fueron pulidos por la coreógrafa Mandy Moore; aprendió a tocar el piano estudiando cuatro horas diarias durante dos meses y medio; y en compañía del elenco vio la película "Cantando bajo la lluvia" cada día del rodaje.
Cada uno de esos elementos con los que el actor compuso su rol fueron claves para conseguir un viejo anhelo. Después de haber ganado el Globo de Oro como Mejor Actor en un Filme de Comedia o Musical, el canadiense de 36 años optará por segunda vez a un premio Oscar —luego de haber sido nominado por "Half Nelson"—.
Aunque también su manera de crear el personaje de Sebastian significó un pequeño flashback de sus primeros años en la industria del entretenimiento.
Porque durante su infancia acompañaba a su tío imitador de Elvis Presley, se inscribió en una academia de baile y a los 12 años fue seleccionado en un casting de Disney para ser parte del elenco de "The Mickey Mouse Club".
Allí compartió reparto con tres niños que luego se convertirían en grandes estrellas del pop: Christina Aguilera, Britney Spears y Justin Timberlake, el que se convirtió en su gran amigo. Incluso, la mamá de JT fue su tutora legal en Estados Unidos cuando su madre debió regresar a Canadá por razones de trabajo.
Eso sí, entrando en los 2000, a sus 21 años, Gosling tomó el camino difícil.
Ese en el que debía quitarse el estigma del niño bonito o del intérprete infantil para convertirse en un actor dramático. Y lo consiguió indiscutidamente.
Se anotó con un debut protagónico sobresaliente en "El creyente" (2002), interpretando a un judío que se vuelve neonazi y con un "Ryan Gosling original" (esa figura romántica que saca suspiros) en "Diario de una pasión" (2004), antes de encantar al jurado de La Academia con la mencionada "Half Nelson" (2006). Y su rol en "Drive" (2011) sería trascendental. Tan inolvidable como certero, le valdría al canadiense su consolidación definitiva en Hollywood.
"En retrospectiva, una de las cosas de las que estoy más satisfecho es de haberme mudado a Los Angeles para actuar cuando tenía 16 años. No esperé a tener 21. Estoy contento de haberlo hecho porque a los 21 igual habría tenido más miedo. A los 16, lo natural es no preocuparte por tu seguridad ni por nada, te sientes invencible", dijo en entrevista con El País después de filmar su debut como director llamado "Lost river" (2014).
Ryan Gosling trazó su propia ruta hacia el estrellato, en un ascenso que todavía no encuentra el límite. "(En 'La la land') Tuve uno de los procesos de preproducción más increíbles de mi carrera", expresó el intérprete.
El método que puede valer una estatuilla dorada.
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