“Espérame un momento, que mi hija está a punto de irse a la cama”.
Son cerca de las 10 de la noche en España, y Bebe se divide entre la promoción de su nuevo trabajo discográfico, “Cambio de piel”, y la crianza de su hija Candela, de 5 años, por lo que, entre preguntas, se escucha la voz de la pequeña hablándole a su madre.
“Estoy muy orgullosa del trabajo, ahora solo queda esperar a ver cómo lo recibe el público. Son muchas emociones”, dice la artista a T13.cl, al teléfono desde la península.
La cantante, compositora y actriz española —María Nieves Rebolledo Vila es su nombre real— cortó casi cuatro años de silencio compositivo, desde que publicara “Un pokito de rocanrol” (2012), el último trabajo antes de un “cambio radical”, como ella lo explica: dejó su casa, lo cortó todo, y en ese intertanto se encontró escribiendo y procesando lo que sería su nuevo álbum de estudio.
“Cambio de piel” (2015), lanzado este mismo viernes por el sello Warner Music, habla de esa mudanza. “La razón de que se llame así es que cada disco que uno empieza es algo nuevo, es empezar de cero. En este último año he vivido otras experiencias, he cerrado etapas a nivel profesional como personal y de alguna manera he tenido que empezar de cero, he vivido ese cambio de piel. Es renovarse un poco”, cuenta Bebe.
Y del álbum se desprende “Respirar” como primer single, que habla de la ausencia del amor en todos los espectros: padres, familia, amigos. “Habla de todo ese tipo de situaciones y de la ausencia, sobre todo, de uno mismo; a veces nos olvidamos de nosotros, pero es importante recuperarse, porque respirar es lo que nos da la vida. La canción es una reflexión sobre el amor”, expresa la española.
La música de Candela
A diferencia del resto de su discografía —“Pafuera telarañas” (2004), “Y.” (2009), “Un pokito de rocanrol” (2012)—, dice Bebe, hay mucha más luz en “Cambio de piel”, es más alegre, con canciones muy alegres y con letras diferentes: “Este cambio también viene dado a raíz de la maternidad, mi hija tiene mucho que ver en la manera de escribir que tengo ahora. Ella quiere canciones alegres, ‘mamá, yo quiero canciones alegres, quiero canciones de rock&roll’, es una maravilla que me diga eso”.
Y continúa: “Tú tienes un animalito que es dependiente absolutamente de ti, que se despierta cada mañana con unos ojos hermosos y alegres, no te da tiempo para demasiadas tristezas. Y evidentemente repercute en la manera de escribir y he cambiado en ese sentido de manera muy positiva”.
Para la voz de “Malo”, los dos extremos en la línea de tiempo de su carrera han estado resguardados por su familia. Los padres de la cantante formaban parte de una agrupación folk, dándole las herramientas y el apoyo para iniciar una vida ligada a la música. “Han sido mi base, mi pilar, los que me han motivado con música de manera muy natural. No solo eso, han alimentado esa inquietud artística, me han apoyado desde el primer hasta el último concierto. Gracias a ellos soy lo que soy”, asegura Bebe.
Valparaíso y la nieve
En 2014, la artista española brindó tres conciertos en nuestro país, celebrando sus diez años de carrera artística.
Tuvo “la suerte”, cuenta, de quedarse toda una semana en Chile. Con sus músicos y su staff arrendaron un auto y viajaron por la región, pasaron por Valparaíso y fueron a la nieve, pero lo que más destaca es la acogida del público: “Lo valoro mucho más porque cada vez que viajo a Sudamérica tengo que pasar por un océano y medio, separarme por muchos días y recorrer muchos kilómetros y eso es muy duro. Pero cuando tengo un recibimiento como el que me haces cobra totalmente el sentido y el valor que tiene que vengan a verte un ratito”.
La promoción de “Cambio de piel” recién comienza y Bebe espera presentarlo en Chile durante 2016, dice antes de colgar el teléfono. Por hoy las entrevistas terminaron y ya puede descansar al lado de Candela.
