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El Departamento de Policía de Tampa, en Florida, Estados Unidos, detuvo a Lin Helena Halfon, una mujer de 26 años que es acusada de intentar estafar a su marido.
El hombre en cuestión es el empresario millonario Richard Rappaport, de 77 años, a quien le habría ocultado unas transacciones por miles de dólares a su nombre.
¿Cómo se descubrió la estafa?
Resulta que Halfon, el pasado 7 de noviembre, intentó girar un millón de dólares, algo que encendió la alerta entre servicios bancarios, pues los cajeros de una tienda de la cadena Amscot -donde hacen efectivo a raíz de cheques- señalaron que no contaban con esa suma de dinero.
En ese sentido, la mujer manifestó que necesitaba dicha suma para comprar un yate de lujo junto a su marido.
Sin embargo, para realizar eso, el hombre debía estar presente, pues no bastaba con que estuviera firmado.
Esto generó que la mujer comenzara a desesperarse e incluso empezara a desvanecerse. Ofreció 100 mil dólares en concepto de comisión para realizar el trámite, lo que doblaba los montos que usualmente se dan a raíz de estos trabajos en la empresa.
Tras esto, la mujer volvió a intentar retirar el millón de dólares, con tres documentos de cambio por 333.333 dólares cada uno. Pero no cambió la decisión de los funcionarios de la cadena Amscot, pues dudaban de los reales objetivos de la mujer.
Esto los llevó a alertar a la policía, quienes consultaron a Rappaport sobre los hechos; los cuales fueron desestimados a la hora de considerarlos una estafa.
Halfon, en tanto, siguió intentando conseguir dinero. Viajó a unos 160 kilómetros fuera de Tampa y pudo girar 666.666 dólares en efectivo.
La policía, en tanto, consultó, el pasado 10 de diciembre, a Rappaport sobre el hecho y le consultaron si se sentía estafado. Su respuesta fue afirmativa y que iniciaría una causa judicial en contra de su esposa.
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Tras esto, la mujer fue detenida por lavado de dinero, organización de fraude y explotación de persona mayor.
El matrimonio entre ambos se había concretado el 24 de junio y, además, él financiaba y pagaba todas las cuentas del departamento donde ella vivía, pues no residían en el mismo domicilio.
Por lo pronto, la mujer sigue detenida y los jueces que lideran el caso ofrecieron una fianza que, en parte, fue un tanto irónica: un millón de dólares que, tal como al momento de intentar girar los cheques, no tiene.