El embarazo provoca grandes cambios en el organismo de la mujer: hormonales, cardiovasculares, respiratorios, gastrointestinales, urinarios y otros. Y, como revela un nuevo estudio, el cerebro también experimenta cambios importantes, algunos fugaces y otros más duraderos.
Investigadores han trazado por primera vez los cambios que se producen a medida que el cerebro de la mujer se reorganiza en respuesta al embarazo, con base en escáneres realizados 26 veces desde tres semanas antes de la concepción, a lo largo de los nueve meses de gestación y dos años después del parto.
El estudio documentó una disminución generalizada del volumen de materia gris cortical, la zona arrugada que constituye la capa más externa del cerebro, así como un aumento de la integridad microestructural de la materia blanca situada a mayor profundidad en el cerebro. Ambos cambios coincidieron con el aumento de los niveles de las hormonas estradiol y progesterona.
La materia gris está formada por cuerpos celulares de las células nerviosas cerebrales. Mientras, la materia blanca está compuesta de haces de axones -fibras largas y delgadas- de las células nerviosas que transmiten señales en conexiones de larga distancia a través del cerebro.
El estudio, el primero de este tipo, se basó en un solo sujeto: Elizabeth Chrastil, neurocientífica cognitiva de la Universidad de California en Irvine y coautora del estudio, una madre primeriza que dio a luz a un niño sano, que ahora tiene 4 años y medio. Chrastil tenía 38 años durante el estudio y 43 ahora.
Los científicos afirman que, desde la finalización del estudio, han observado el mismo patrón en otras mujeres embarazadas que se han sometido a escáneres cerebrales en el marco de una iniciativa de investigación en curso denominada Proyecto Cerebro Materno. Su objetivo es ampliar el número a cientos.
"Es bastante chocante que en 2024 apenas tengamos información sobre lo que ocurre en el cerebro durante el embarazo. Este trabajo (de investigación) abre más preguntas de las que responde, y apenas estamos arañando la superficie de estos interrogantes", añadió Chrastil.
Los escáneres mostraron una reducción media del 4% de la materia gris en aproximadamente el 80% de las regiones cerebrales estudiadas. Un pequeño repunte tras el parto no devolvió el volumen a los niveles previos al embarazo.
Los escáneres también mostraron un aumento de alrededor del 10% en la integridad microestructural de la sustancia blanca, una medida de la salud y la calidad de las conexiones entre las regiones del cerebro, que alcanzó su punto máximo a finales del segundo trimestre y principios del tercero, y volvió al estado anterior al embarazo después del parto.
"El cerebro materno experimenta un cambio coreografiado a lo largo de la gestación, y por fin podemos observar el proceso en tiempo real", afirma Emily Jacobs, neurocientífica de la Universidad de California en Santa Bárbara y autora sénior del estudio publicado en la revista Nature Neuroscience.
"Estudios anteriores habían tomado instantáneas del cerebro antes y después del embarazo. Pero nunca habíamos observado el cerebro en medio de esta metamorfosis", añadió Jacobs.
Según los investigadores, no está claro que la pérdida de materia gris sea algo malo.
"Este cambio podría indicar una puesta a punto de los circuitos cerebrales, algo parecido a lo que les ocurre a todos los adultos jóvenes cuando pasan por la pubertad y su cerebro se especializa", afirma Laura Pritschet, becaria postdoctoral de la Universidad de Pensilvania y autora principal del estudio.
"Algunos de los cambios observados podrían ser también una respuesta a las elevadas exigencias fisiológicas del embarazo, lo que demuestra lo adaptable que puede ser el cerebro", agrega.
Los investigadores esperan examinar en el futuro cómo la variación de estos cambios podría ayudar a predecir fenómenos como la depresión posparto y cómo la preeclampsia, una grave afección de la tensión arterial que puede desarrollarse durante el embarazo, podría afectar al cerebro.
Chrastil explica que no fue consciente durante el estudio de los datos que mostraban sus cambios cerebrales y que no se sintió diferente. "Y así, ya sabes, ahora hay cierta distancia para poder decir: 'Vale, bueno, ha sido un viaje salvaje'", manifestó.
"Algunas personas hablan del 'cerebro de mamá' y cosas así", añadió, refiriéndose a la confusión mental que experimentan algunas mujeres embarazadas. "Y yo no experimenté nada de eso".