Brooke Shields se quebró una pierna a finales de enero y su proceso de recuperación ha sido "insoportable" y más extenso de lo normal.
La actriz y modelo de 55 años se fracturó el fémur el fémur derecho mientras se entrenaba en un gimnasio en Nueva York. "Se sentía como si todo estuviera en cámara lenta. Y luego comencé a gritar. Salieron sonidos que nunca había escuchado antes", dijo en entrevista con People.
Shields fue ingresada en un hospital y se sometió a una cirugía en la que se le instalaron dos tornillos de metal cerca de su cadera. Pronto necesitó una segunda operación debido a que su cuerpo rechazó otro trozo fracturado del hueso, por lo que necesitó cinco varillas más y una placa de metal para anclarlo en su lugar.
La actriz de "La laguna azul" (1980) solo pudo regresar a su casa dos semanas y media después, pero desarrolló una infección grave por estafilococos, teniendo que ser nuevamente ingresada para una cirugía de emergencia y tres infusiones de sangre.
"Al principio temieron que pudiera ser MRSA (un tipo de bacteria resistente a los antibióticos). Gracias a Dios que no lo fue. Si lo hubiera sido, mi médico dijo que habría sido una carrera contra el tiempo. Así es como puedes volverte séptico. Parecía impensable", explicó la intérprete neoyorquina.
Ya han pasado dos meses desde el primer accidente, y recién ahora regresó a casa, aunque comprometida con una extenuante fisioterapia para reaprender a caminar.
"Por primera vez en toda mi vida, pensé: 'No puedo superar esto'. Ni siquiera puedo apoyarme en mi pierna o subir un escalón. Necesito volver a aprender a caminar. La sensación de impotencia es impactante", cerró Shields.