En la década de 1920, Wilhelm Reich era considerado uno de los discípulos más prometedores de Sigmund Freud. Cuatro décadas más tarde moriría en prisión en Estados Unidos, desprestigiado y sospechoso de promover actividades sexuales ilícitas.

Sin embargo, su obra -que antes de su muerte fue prohibida y quemada por el gobierno estadounidense- resultaría clave para el movimiento contracultural de los años 60.

Muchos, incluso, lo consideran el inspirador de la revolución sexual -término que él acuñó- y de las protestas del Mayo francés.

Hoy, más de un siglo después, Reich sigue teniendo muchos adeptos entre los seguidores de creencias alternativas.

¿Qué hacía que este psicoanalista fuera y siga siendo una figura tan controvertida?

Su obsesión con los poderes curativos del orgasmo.

Y también sus inventos, en particular el más famoso de ellos, apodado "la caja sexual", que fue analizado por el mismísimo Albert Einstein.

De promesa a paria

Hoy Reich aún es considerado una oveja negra dentro del psicoanalismo tradicional, pero no siempre fue así.

De hecho, con solo 23 años, en 1920, fue aceptado como miembro de la prestigiosa Asociación Psicoanalítica Vienesa, fundada por Freud.

Fue el propio padre del psicoanálisis quien lo introdujo a la institución luego de conocer al joven cuando éste lo contactó para consultarle sobre un seminario sobre sexología.

Freud contrató a Reich para tratar a sus pacientes en la clínica ambulatoria que instaló en la capital austríaca.

Para entonces, ya había desarrollado su teoría sobre la neurosis, cuyo origen él atribuía a la represión sexual.

Reich llevó el concepto aún más lejos. Propuso que esa represión no se daba solamente en el plano psíquico, sino también en el físico.

Él creía que el cuerpo respondía a la represión generando tensión muscular, que con el paso del tiempo se traducía en dolores crónicos y enfermedad.

Decía que era como una "armadura" o una coraza que iba determinando el físico y también el carácter del individuo, y marcaba cómo esa persona encaraba su existencia.

El concepto generó interés, pero no así la radical solución que propuso el joven Reich, que creía que la represión debía ser combatida no solo verbalmente, como enseñó su maestro Freud, sino también físicamente.

Vegetoterapia

Con este fin, desarrolló una terapia que rompía una de las doctrinas básicas del psicoanálisis: la neutralidad entre el profesional y su paciente.

Lo llamó vegetoterapia y consistía en realizarle masajes a sus pacientes -semidesnudos- con la intención de disolver lo que llamó su "armadura muscular" o "armadura de carácter".

Esto generó un escándalo y algunos expacientes incluso denunciaron que los masajes (que se realizaban en todas partes del cuerpo donde el terapeuta sintiera tensión) eran de una brutalidad tal que equivalían a una forma abuso.

Pero no solo los masajes en sí generaron controversia, sino la teoría detrás de ellos.

Y es que el fin de la vegetoterapia era liberar la energía sexual reprimida, que según Reich era la causante de muchos de los males de la sociedad, incluyendo el nazismo.

Él creía que la armadura corporal no le permitía a las personas alcanzar un orgasmo completo y por ello no podían liberarse de sus represiones.

Escribió que cuando la sesión era exitosa, podía ver olas de placer atravesando el cuerpo de su paciente, lo que llamó el "reflejo orgásmico".

Pero la principal forma de liberación de energía reprimida que proponía Reich eran las relaciones sexuales, que según él permitirían a las personas hacerse libres, lo que transformaría a las sociedades y al mundo.

Con este propósito, instaló varias clínicas sexuales, repartió preservativos y abogó por el sexo, incluso entre adolescentes.

En 1927 también escribió un libro, "La función del orgasmo", explicando su teoría.

Fue su promoción de lo que llamó una "revolución sexual" lo que cementaría décadas más tarde su fama como un visionario (y convertiría a su libro en una biblia entre los intelectuales de los años 50 y 60).

Pero en los años 30 sus radicales ideas lo convirtieron en un paria y llevaron a que fuera expulsado de la Asociación Psicoanalítica Vienesa.

Orgón

En 1939, perseguido por el nazismo, Reich huyó a Estados Unidos.

Fue allí donde desarrolló una nueva etapa de su carrera, que atraería aún más críticas y escepticismo de la comunidad científica.

Reich quería comprobar que su teoría sobre el orgasmo tenía una base biológica.

Para ello, investigó si el concepto freudiano de la libido era en realidad electricidad o alguna sustancia química que atravesaba el cuerpo (una teoría que el propio Freud propuso y luego abandonó cerca de 1890).

Poco después de llegar a Nueva York, anunció que había descubierto una forma de energía vital que era liberada durante el orgasmo. La llamó orgón (derivado de "orgasmo" y "organismo").

Anunció el nacimiento de una nueva ciencia: la orgonomía, e incluso dijo que había logrado ver el orgón (que describió como de color azul) bajo un microscopio y en el cielo, a través de un telescopio especial que creó, llamado un orgonoscopio.

Según él, el orgón estaba en todos lados (en el cielo y en la tierra) y era la misma energía espiritual que otros llamaban Dios.

Reich creía que cuando esa energía se estanca o disminuye causa decadencia, enfermedad y muerte.

Por eso, a partir de 1940 empezó a diseñar "acumuladores de orgón": cajas o cápsulas de un metro y medio que actuaban como bloqueadores de campos electromagnéticos, permitiendo que dentro del espacio se concentre la "energía orgónica".

La persona debía ingresar al acumulador (idealmente desnuda) y permanecer allí el mayor tiempo posible para obtener los beneficios, que según Reich incluían curar el cáncer.

Los curiosos objetos empezaron a atraer interés y la prensa no tardó en ridiculizar al experto austríaco, llamando a sus inventos "las cajas sexuales".

Einstein

Para demostrar que su hallazgo era científicamente riguroso, Reich logró que el prestigioso físico Albert Einstein pusiera uno de sus inventos a prueba.

El 13 de enero de 1941 le llevó un pequeño acumulador, que Einstein investigó durante diez días en su sótano.

Aunque en un comienzo el alemán notó una diferencia de temperatura dentro de la caja -que Reich atribuía a la presencia del orgón-, eventualmente concluyó que el fenómeno era causado por el gradiente de temperatura dentro de la habitación.

"A través de estos experimentos considero el asunto completamente resuelto", le escribió a Reich el 7 de febrero del mismo año.

Orgonon

El rechazo no disuadió a Reich, quien en 1942 compró una granja en el estado de Maine -que llamó Orgonon- donde se dedicó a crear más acumuladores y otras invenciones relacionadas con la energía orgónica.

Sus emprendimientos atrajeron la atención de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), que en 1947 acusó al austríaco de estar detrás de "un fraude de la primera magnitud".

Las autoridades también sospechaban de que Reich podía estar promoviendo actividades sexuales ilícitas.

En 1954 la justicia ordenó la destrucción de 250 acumuladores y la incineración de toda la obra de Reich, incluyendo "La función del orgasmo" y "Psicología de masas del fascismo", un libro que escribió en 1933 y que tendría un papel clave en las protestas de Mayo del 68 en Francia.

Muchos historiadores lo consideran uno de los peores casos de censura en la historia de EE.UU.

Cuando un asociado de Reich vendió un acumulador a alguien en otro estado, rompiendo una orden de la justicia, el médico e inventor fue detenido y sentenciado a dos años en prisión.

Fue en 1957, casi ocho meses después de su encierro, y a poco de lograr su libertad condicional, que Reich falleció a causa de un paro cardíaco. Tenía 60 años.

En un obituario, la revista Time dijo que había sido "un psicoanalista que alguna vez fue famoso, socio y seguidor de Sigmund Freud", pero que en épocas recientes se había hecho "más conocido por sus teorías poco ortodoxas sobre el sexo y la energía".

No obstante, autores como Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William S. Burroughs idealizaron las teorías de Reich, sembrando las semillas de la llamada revolución sexual de los 60.

E incluso hoy las ideas de Reich pueden encontrarse varias disciplinas, desde la terapia Gestalt y la bioenergética hasta los tratamientos con orgonita, muy populares en algunos grupos espirituales.

En tanto, Orgonon -donde Reich fue enterrado- se convirtió en museo y sigue siendo un popular centro de peregrinación para sus seguidores.

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