Imagínate que te subes a una cápsula y que esta viaja a 1.123 kilómetros por hora a través de un tubo y te deja en tu destino en cuestión de minutos, en lugar de horas.
Este es el objetivo, bastante improbable, del Hyperloop One.
La idea del Hyperloop, lanzada por primera vez por Elon Musk, cofundador de Tesla, ha provocado el surgimiento de una serie de proyectos para demostrar que un tren de levitación magnética en un tubo de vacío puede ser el revolucionario sistema de transporte del futuro.
Los trenes de levitación magnética, que usan imanes para que elevarse por encima de los rieles, lo que reduce la fricción y aumenta las velocidades posibles, ya están en funcionamiento.
Uno de ellos lleva pasajeros desde Shanghái al aeropuerto de esta ciudad a 430 kilómetros por hora.
De los planes para poner ese tipo de tren en un tubo de vacío para que sea más rápido, el proyecto Virgin Hyperloop One es el más avanzado.
Al llegar al lugar de pruebas del vehículo, en el desierto, a unos 64 kilómetros al norte de Las Vegas (Nevada), inmediatamente pude ver que esta es una operación costosa.
Virgin ha construido una pista de prueba de 500 metros de largo, bautizada como Devloop, y el proyecto cuenta con 300 trabajadores, incluyendo 200 ingenieros de alto calibre.
El equipo ha realizado una serie de ensayos, impulsando una cápsula a través del tubo a velocidades de hasta 387 km/h.
Hasta ahora, sin embargo, no han llevado a nadie a bordo.
Equipo
La líder del equipo de ingeniería es Anita Sengupta, científica espacial reclutada de la NASA, donde ayudó a desarrollar el robot explorador Curiosity, que llegó a Marte en 2012.
Después de trabajar en lo que ella describe como el "desafiante problema de ingeniería" de enviar vehículos a otros planetas, borra mis dudas sobre si este proyecto terrestre es realista.
"Es realista porque puedes ver nuestro tubo de ensayo en desarrollo", dice la científica.
Sengupta señala que la tecnología ya ha sido probada y descarta mi sugerencia de que la gente tome precauciones antes de subir a bordo.
"El Hyperloop puede compararse con un avión que vuela a 61 kilómetros de altura", agrega, refiriéndose al nivel de presión de aire que experimenta el tren.
Asegura que "la gente no tiene problemas para volar en un avión, por lo que tampoco los tendrán en los trenes de levitación magnética".
La científica cree que el proyecto habrá obtenido una certificación de seguridad y estará listo para operar comercialmente en 2021, predicción que parece increíblemente optimista.
Poco probable
El jefe ejecutivo de Virgin Hyperloop One, Rob Lloyd, tiene el trabajo de vender el proyecto a potenciales socios comerciales y gubernamentales.
Cuando lo conocí en el Consumer Electronics Show (feria tecnológica en Las Vegas, EE.UU.), parecía pensar que la viabilidad de la tecnología ya era un hecho.
Más bien, quería hablar sobre una aplicación que conectara a los futuros pasajeros del Hyperloop con otros modos de transporte en sus destinos.
Mientras tanto, Elon Musk está llevando a cabo sus propios proyectos Hyperloop.
Musk aseguró en 2017 que tenía "aprobación verbal" del gobierno de EE.UU. para construir un medio de transporte que llevara pasajeros entre Nueva York y Washington D.C. (separados por unos 370 kilómetros) en menos de media hora.
Esto también suena como una misión muy poco probable, y uno sospecha que los inversores que han puesto tanto dinero en la automotriz y empresa energética Tesla, de Musk, serían reacios a abrir sus bolsillos de nuevo.
Pero Rob Lloyd, de Virgin Hyperloop One, sigue confiado en que al menos unos pocos gobiernos tendrán la visión de llevar adelante lo que él llama el primer nuevo modo de transporte desde el avión.
Ahora que la innovación tecnológica parece centrarse en las redes sociales, una visión tan ambiciosa es refrescante.
Incluso si se sospecha que las rutas del Hyperloop entre grandes ciudades probablemente no salgan del papel, el proyecto hace un gran trabajo al hacernos pensar en un sistema de transporte más ecológico.