En el verano de 2017, poco después de lanzar su álbum "You Had Me At Goodbye", la cantante y compositora estadounidense Samantha Crain tuvo tres accidentes automovilísticos en tres meses.
El tercero la dejó en cama durante un año y medio, y la capacidad de sentir sus manos. Dudaba que alguna vez pudiera sostener una guitarra otra vez.
"El impedimento con mis manos me dejó en un lugar realmente oscuro ", cuenta Crain, quien añade que estaba realmente deprimida y con ataques de pánico.
Ella compara la situación con la pérdida de la identidad.
"La música es la forma en que me relaciono con el mundo, la forma en que proceso el mundo, y sentí que me lo estaban quitando todo", contó.
La artista relata que en ese momento "no sabía quién era" y tuvo que volver a reconocerse "desde cero".
"Era como ser como un niño otra vez", añade.
Antes de los accidentes, Crain era una cantante aclamada, conocida por su voz penetrante, expresiva y letras profundamente personales.
Ganadora en dos ocasiones del Native American Music Award, la artista desafió esa categorización combinando la música folclórica con los sonidos del country rock y el indie universitario, mientras realizaba giras con artistas muy diversos.
Ella enfatiza que no es "una conductora horrible que va imprudentemente por todos lados y señala que no tuvo la culpa por los accidentes".
Luego se quedó "en muy mal estado financiero" por pagar su tratamiento médico.
"Así que también me puso en un punto realmente debilitante de esa manera, lo cual es una locura. Creo que los estadounidenses se relacionan mucho con eso: están en un accidente automovilístico y luego están en deuda por el resto de su vida. Es una locura ", señala.
"Menos vergüenza"
Cuando comenzó a reconstruir su vida mental y físicamente, el terapeuta de Crain la animó a llevar un diario de su recuperación.
Incapaz de sostener un bolígrafo, grabó las entradas como notas de voz en su teléfono.
Con el tiempo, se convirtieron en un diario completo de sus intentos de descubrir su identidad más allá de "Samantha Crain, la artista".
"Estaba lidiando con muchos traumas pasados y mi infancia y luego mi edad adulta temprana", recuerda ella.
Pero también dice que sentía un "vértigo" por descubrir nuevos aspectos de su personalidad y deshacerse de las ansiedades que la habían atormentado a los 20 años.
"No sé si esto es algo que mucha gente hace, pero a veces voy en un tren y, de repente, algo realmente vergonzoso que hice hace 10 años aparece en mi cabeza", cuenta.
Cuando eso le sucede su reacción es tararear alguna canción.
"Ahora que tengo 33 años, espero tener menos vergüenza sobre mí misma, para que cada vez que tenga uno de esos recuerdos embarazosos, pueda reírme", afirma Crain.
Finalmente, con ayuda de la terapia y la medicina, Crain comenzó a recuperar algo de sensación en sus manos.
Tentativamente tomó su guitarra acústica y probó algunos acordes y, entre los primeros dos o tres intentos, una canción salió de ella.
"Me senté en la mesa de mi cocina y, por curiosidad, saqué uno de esos audios que grababa como diario y escuché algunas de las palabras y de ahí surgió una canción. Salió de la nada, pero también fue siendo escrita por dos años y medio, en cierto modo".
La balada que compuso, dice, "lleva todo el peso de los últimos tres años, pero en última instancia transmite la libertad de comenzar de nuevo".
La canción también fue un momento decisivo en la recuperación de Crain. Habiéndola escrito, decidió mejorar para poder grabarla y ponerla en un álbum.
Ese álbum fue lanzado la semana pasada bajo el título A Small Death (Una pequeña muerte), un oxímoron que representa la comprensión de Crain de que "todo siempre comienza de nuevo, todo el tiempo".
"Hay muchos momentos en tu vida en los que no necesariamente recuerdas el evento, pero recuerdas una foto o un video", explica.
Y dice que así se sintió al recordar muchas de las cosas sobre las que estaba escribiendo.
"Sé que fui yo quien vivió eso, pero realmente no lo recuerdo de forma innata, solo recuerdo el recuerdo", explica.
La capacidad de separar los recuerdos de los sentimientos que lo acompañan es una especie de mecanismo de supervivencia, reconoce.
"Creo que si estuviéramos sintiendo las profundidades de nuestras emociones por todas las cosas que habían sucedido en nuestra vida, todo el tiempo, no podríamos funcionar", indica.
Es por eso que ve a su nuevo disco "un sueño febril". Trata de volver a visitar el pasado a través de la lente de una mujer que ha avanzado y puede sentir esperanza nuevamente.
Futuro
Si bien los últimos años se han caracterizado por la inercia y las dificultades, Crain dice que su convalecencia la obligó a pensar de manera diferente sobre la música.
Ella "nunca ha sido más reflexiva" sobre el proceso de escritura y grabación, produciendo el álbum completo por sí misma, y asegurando que cada nota y letra ganen su lugar.
"Siempre he operado en una esfera creativa donde ponía música y seguía adelante. Con este disco, realmente estaba desempacando cosas como, 'OK, si voy a decir algo en una canción, qué, ¿a qué me refiero con eso? O, desde el punto de vista de la producción, si esta canción va a tener cierto instrumento, ¿qué está logrando eso?", añade.
A principios de julio, Crain explica que su recuperación no está completa.
Ahora el "dolor es definitivamente manejable " aunque señala seguir bastante nerviosa por cómo vivirá sus giras futuras.
Los conciertos con zoom y las transmisiones en vivo podrían ser una solución, tal vez, pero la cantante dice que anhela la interacción con una audiencia en vivo.