Una de las mayores leyendas de la danza del siglo XX, sonado desertor de la Unión Soviética, homosexual y, ahora además, director investigado por el Kremlin.

Esos son los ingredientes de la esperada obra sobre Rudolf Nureyev que el prestigioso ballet Bolshói de Rusia iba a llevar a escena por primera vez este martes, pero cuyo estreno fue pospuesto en el último momento.

Fue el gerente general del Bolshói, Vladimir Urin, quien lo anunció el lunes en una conferencia de prensa.

"Estamos muy deprimidos con lo que vimos", dijo en referencia al último ensayo general que tuvo lugar el viernes.

Según Urin, para llevar al escenario Nureyev, un montaje de más de 100 participantes -entre bailarines, los cantantes de ópera, el coro y los músicos- y cumplir a la perfección con la coreografía de Yuri Possokhov, el ballet requiere de un "extraordinario nivel de coordinación".

Pero no fue eso lo que presenció la dirección del Bolshói el viernes, explicó.

Así que, "a pesar de que los bailarines hicieron un esfuerzo máximo el sábado para superarlo, no están listos" y fue por eso que decidió posponer el estreno y ofrecer en su lugar Don Quijote, un clásico del ballet, a quienes ya tenían entradas.

"La cancelación dañará la reputación", reconoció, "pero la calidad es un bien supremo".

Sospechas de censura

Pero la explicación no convenció a todos y los rumores no tardaron en surgir.

"No estoy para nada de acuerdo. Nosotros estamos listos", le dijo Arsen Korazov, un bailarín con tres papeles en la obra, incluido uno en el que debía travestirse, a la corresponsal de la BBC en Moscúb Sarah Rainsford.

"La última vez que ocurrió esto en teatro fue en la década de los 30 del siglo pasado", escribió por su parte la bailarina Maria Aleksandrova en la red social Instagram.

El comentario se ha interpretado como una comparación con un incidente de 1935, cuando José Stalin prohibió la obra modernista "El arroyo luminoso" de Dmitri Shostakovich, y que no volvió a las tablas hasta 2003.

Asimismo, la crítica de ballet Tatiana Kuznetsova escribió en el diario ruso Kommersant que la obra se había anunciado como "el evento principal de la temporada en Rusia y posiblemente en el mundo", y apuntaba que pudo haberse pospuesto su estreno porque "representaría a personalidades públicas que siguen vivas".

Pero hay quien ha ido más allá.

"Los desnudos masculinos, las referencias a la homosexualidad y enfrentamientos con el director Kirill Serebrennikov están detrás de la cancelación de la gran cita del verano, el ballet sobre la vida del gran desertor", asegura por ejemplo el prestigioso musicólogo británico Norman Lebrecht.

Es que la obra versa, entre otras cuestiones, sobre la orientación sexual de Nureyev -quien desertó de la Unión Soviética en 1961 y pidió refugio en París- y su lucha contra el sida, la enfermedad por la que murió en 1993 a los 53 años.

Y no son pocos los que sospechan de que se haya pospuesto en el que desde 2013 existe una ley que prohíbe todo lo que pueda ser interpretado como "propaganda gay" dirigida a menores de 18 años.

De hecho, la agencia de noticias TASS cita a una fuente del Ministerio de Cultura ruso a la que no identifica, quien asegura que al ministro, Vladimir Medinsky le preocupaba que la producción "violara la ley" en cuestión.

Otra portavoz del Ministerio de Cultura negó al diario británico The Guardian que Medinsky hubiera prohibido el estreno, pero confirmó que mantuvo "una larga conversación" con el gerente del Bolshói, Vladimir Urin.

Algo que, por su parte, éste ha negado: "No hubo tal llamada".

Director polémico

Por otra parte, Lebrecht también apunta como un posible motivo a que el director del ballet sea Serebrennikov, quien ya ha llevado a escena en el Bolshói varias obras que satirizan sobre las políticas del Kremlin.

Entre otras, se mencionan Un héroe de nuestro tiempo, una adaptación del ballet de Mikhail Lermontov, o El gallo dorado, de Rimsky-Korsakov.

Además, recientemente Serebrennikov fue interrogado en el marco de una investigación por presunta malversación de fondos públicos para las artes.

Aunque también hay quien cree que realmente la calidad del nuevo montaje fue determinante para la decisión de la dirección del ballet.

Es el caso de Simon Morrison, un profesor de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, y autor de un libro sobre la historia del Bolshói.

Morrison, quien tuvo acceso al último ensayo general del ballet Nureyev, aseguró a la BBC que la actuación fue "poco sólida", por lo que la calidad pudo ser la razón para cancelar el estreno.

Al fin y al cabo, "si haces algo controvertido y no sale bien, se convierte en una parodia".

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