Gladys Bourdain, la madre del chef estdounidense Anthony Bourdain, dice que nunca le gustaron los tatuajes de su hijo. Pero ahora planea hacerse uno para recordarlo.
Bourdain, de 61 años, fue encontrado muerto el 8 de junio en un hotel en Kaysersberg, un pequeño pueblo en la región de la Alsacia en Francia.
Los investigadores afirmaron que se había suicidado. El viernes, un fiscal informó que la autopsia reveló que no se encontraron rastros de drogas o alcohol en su cuerpo.
Gladys indicó que su hijo fue incinerado en Francia.
Y en una entrevista con el New York Times, donde en el pasado trabajó como editora, señaló que las cenizas y pertenencias de Anthony Bourdain fueron enviadas a su hermano menor, Christopher.
Agregó que es probable que haya una ceremonia familiar privada en el futuro, y dijo: "A él le hubiera gustado el menor alboroto posible".
La señora Bourdain le dijo al diario que la próxima semana visitaría al artista de tatuajes de su hijo para tatuarse "Tony" en la parte interior de su muñeca.
El chef tenía varios tatuajes, el primero de los cuales se lo hizo a los 44 años.
En agosto de 2017 le dio una entrevista a la revista Maxim mientras se llevaba a cabo uno de los tatuajes, de un crisantemo.
Dijo que todos sus tatuajes "marcaban un momento en el tiempo", y explicó: "No les doy demasiada importancia, pero (los tatuajes) conmemoran de cierta forma lo que las fotografías no pueden conmemorar. Dejé de tomar fotografías cuando viajo hace mucho tiempo".
"Me di cuenta de que el lente es inadecuado para captar el momento, así que quizás lo que estoy buscando es marcar el tiempo de una forma que es muy personal".
Bourdain, quien presentó el programa de comida y viajes de CNN, "Partes desconocidas", dijo que la vanidad nunca fue un factor para hacerse los tatuajes.
"Mira, tengo 60 años", le dijo a Maxim. "Entiendo bien que cualquier tatuaje adicional no me va a hacer ver más joven, ni estar más a la moda, ni ser más relevante y ni siquiera más atractivo".
"Conduzco un coche viejo. Está lleno de abolladuras. Una abolladura más no lo va a ser peor de lo que ya está".
En su programa Bourdain comía, bebía y viajaba a lugares auténticamente remotos, desconocidos y a menudo peligrosos.
En su libro "Kitchen Confidential", que lo lanzó a la fama en el 2000 y en el que cuenta sus memorias sobre trabajar en la alta cocina, fue un éxito enorme.
En éste escribió candorosamente sobre su abuso de drogas, incluidas cocaína, heroína y LSD.
En declaraciones el viernes, el fiscal francés Christian de Rocquigny dijo que el chef no tenía narcóticos ni alcohol en su organismo cuando murió.
"Ningún rastro de narcóticos, ningún rastro de algún producto tóxico, ningún rastro de medicamentos, ningún rastro de alcohol", le dijo el fiscal a la agencia de noticias Reuters.
La agente de Borudain, Kimberly Witherspoon, señaló que no se tenían planes "por ahora" de llevar a cabo un homenaje público oficial para el chef.