La cantante catalana Rosalía estuvo envuelta en una controversia esta semana tras haber conseguido el galardón al Mejor video latino en los premios estadounidenses MTV Video Music Awards.
Aunque en su discurso de agradecimiento la intérprete dejó claro que es de Barcelona, España, hubo quienes criticaron el hecho de que fue reconocida en una categoría "latina".
Cuestionaron que Rosalía fuese asociada con la "latinidad" siendo una mujer "blanca y europea".
Es muy probable que los seguidores de la cantante en Latinoamérica se refieran a ella como española. Pero en Estados Unidos hay muchos que la llaman "latina". ¿Quién tiene razón?
Es complejo. Pero, en principio, ambas aseveraciones son justificables en Estados Unidos.
Hispano y latino, ¿es lo mismo?
El gobierno de Estados Unidos define "hispano o latino" como una "persona de cultura u origen cubano, mexicano, puertorriqueño, sudamericano, centroamericano u otro origen español, independientemente de la raza".
El término "hispano" comenzó a utilizarse ampliamente en la década de 1970 cuando una agencia del gobierno, la Oficina de Censo, lo incorporó para denominar al grupo de mexicano-estadounidenses, puertorriqueños y otras comunidades que tenían sus ancestros en los países donde se habla español.
Antes el gobierno simplemente los categorizaba como blancos.
"Fue un término burocrático", le dijo a BBC Mundo en 2016 Louis DeSipio, experto en política latina de la Universidad de California-Irvine.
Pero algunos argumentan que "hispanos" no es la mejor palabra para describir a la minoría que representa el 18% de la población y que tiene su origen en América Latina.
Por ejemplo, ese término no es adecuado para los originarios de Brasil que residen en EE.UU., cuya herencia cultural está mucho más alineada con Portugal.
El término alternativo, latino, "se añadió al censo años después, luego de que algunas personas encontraran que 'hispano' era ofensivo y privilegiaba a los colonizadores (españoles)", le dice a BBC Mundo Clara Rodríguez, profesora de sociología de la Universidad de Fordham (Nueva York) que investiga la representación de los latinos en los medios y las clasificaciones étnico-raciales.
"Latino parecía ser un término más inclusivo", añade.
En la actualidad, ambos términos se usan indistintamente por instituciones de investigación y por medios de comunicación.
Por ejemplo, en una de las definiciones de "latino" que presenta la Real Academia Española (RAE), habla de una persona "de origen latinoamericano o hispánico" que vive en Estados Unidos.
Que premios musicales y medios de comunicación en EE.UU. califiquen a Rosalía como una artista latina, apunta Rodríguez, puede remontarse a décadas atrás.
"El término latino ya era usado en los medios estadounidenses en las décadas de 1920 y 1930 para referirse a personalidades de Hollywood provenientes de Italia y Francia, donde se hablan lenguas originarias del latín", dice.
¿Qué piensan los llamados "latinos/hispanos"?
Para complicar aún más las cosas, algunos estudios sugieren que muchos latinos/hispanos no utilizan ninguno de los dos términos.
Uno de esos estudios, realizado en 2012 por el Pew Hispanic Center y basado en una encuesta hecha a nivel nacional con hispanos adultos, encontró que ambos términos no han sido totalmente aceptados por los propios sujetos de estudio.
Una mayoría (51%) señaló que prefiere ser identificada con el país de origen de sus familias. Solo un 24% dijo preferir una "etiqueta panétnica" como hispano o latino.
La socióloga Clara Rodríguez apunta que otros estudios han sugerido que los latinos de primera generación (que llegaron a EE.UU. como inmigrantes) tienen a identificarse más con sus países de origen, pero los de segunda y tercera generación (nacidos en EE.UU.) tienen a usar un término más amplio, como latino.
Los que pertenecen a la cuarta generación o más, incluso, se identifican todavía menos con los términos hispano o latino, según apunta una encuesta del Centro Pew publicada en 2017.
El 50% de los adultos encuestados pertenecientes a ese grupo se identificaron como no hispanos/latinos "aunque con herencia o ascendencia hispana", mientras que la otra mitad sí se identificó como hispanos/latinos.
A su vez, en entornos académicos y de activismo LGBTQI en Estados Unidos han acuñado el término "latinx" para no hacer alusión al género masculino o femenino.
Y en el caso de algunas comunidades del estado de Nuevo México, por ejemplo, aquellos que descienden de los españoles que alguna vez habitaron esas tierras prefieren el término hispano y no latino.
La tensión entre raza y "latinidad"
El gobierno de Estados Unidos separa en dos conceptos distintos la raza y la etnicidad (el origen hispánico o latino) en el censo nacional.
Esos términos generalmente "reflejan una definición social de raza y de etnicidad reconocida en este país y no se ajustan a ningún criterio biológico, antropológico o genético", señala el sitio web del censo.
Pero al momento de rellenar la pregunta que aborda la raza, muchos latinos/hispanos no saben qué contestar, pues no necesariamente encajan con las categorías blanco, negro o indio americano.
"En EE.UU. se ha llegado a la conclusión de que la identidad del mestizaje no funciona porque la diferencia de raza es más pronunciada en ese país que en Latinoamérica", explica Ed Morales, profesor del Centro para el Estudio de Etnicidad y Raza de la Universidad de Columbia (Nueva York).
Organizaciones de derechos civiles de la población latina en EE.UU. solicitaron sin éxito al gobierno federal que las preguntas de raza y etnicidad se combinaran en el censo de 2020.
"Muchas personas solo quieren responder que son hispanas o latinas", sin el componente de raza, le dice a BBC Mundo Andrea Senteno, de la organización Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF, por sus siglas en inglés).
Según Senteno, funcionarios del censo encontraron que en la sección de "Otra raza", "muchos respondían que eran mexicanos o algo por el estilo".
"Muy personal"
Más allá de la categorización de latino/hispano, el color de la piel o el estatus socioeconómico puede hacer que la experiencia de una persona sea diferente en el país norteamericano.
"Por ejemplo, una mujer blanca latinoamericana que también goza de privilegio en cuanto a estatus social quizá no experimente discriminación hasta que esté dentro de un ambiente predominantemente blanco (estadounidense) y allí sea vista como 'la otra'", acota Rodríguez.
Esa misma mujer podría ser juzgada por la propia comunidad latina si llegase a referirse a sí misma como "persona de color", un término utilizado para referirse a las minorías en EE.UU.
Este ejemplo ilustra la complejidad de la conversación de la raza y la "latinidad" en el país.
"Se trata de cómo eres tratado en este país y también creo que la forma en que la gente se identifica es muy personal", concluye Rodríguez.