Si piensas en Londres, la capital británica, seguramente una de las imágenes que te vengan a la cabeza sea la del icónico Big Ben.
El reloj más famoso del mundo, que forma parte del Palacio de Westminster -la sede del Parlamento británico- fue inaugurado en 1859 y necesita reparaciones urgentes.
El trabajo será largo -se estima al menos tres años- y costoso -más de US$40 millones-.
Durante gran parte de ese tiempo el Big Ben será silenciado, para proteger a los trabajadores.
Sin embargo, las autoridades informaron que una cara del popular reloj permanecerá visible en todo momento y dará la hora correcta, gracias a un motor especial.
Además, las famosas campanadas del Big Ben se escucharán en eventos especiales, como Año Nuevo y el domingo en que se homenajea a los caídos en guerra (Remembrance Sunday).
En BBC Mundo quisimos rendirle nuestro propio tributo a este amado ícono y por eso recopilamos estos cinco datos curiosos que quizás te sorprenderán.
1. No se llama Big Ben
Aunque todos le digamos así -y en esta nota no seremos la excepción- en realidad el famoso reloj no se llama Big Ben, sino The Great Westminster Clock (El Gran Reloj de Westminster).
La torre que alberga al reloj tampoco se llama así: originalmente se llamó sencillamente el Clock Tower (la Torre del Reloj) pero en 2012 se la rebautizó Elizabeth Tower, en honor a los 50 años de reinado de la actual monarca.
Big Ben es la Gran Campana y tampoco fue el nombre que le pusieron sus creadores. Algunos historiadores señalan que en realidad se llamaba Victoria Real, en homenaje a la Reina Victoria, pero los londinenses la apodaron Big Ben y el nombre se popularizó.
¿Y quién era el famoso Ben?
Según el sitio oficial del Parlamento británico "la explicación más probable es que se nombró en honor a Sir Benjamin Hall, el Primer Comisionado de Obras, cuyo nombre está grabado en la campana".
Sin embargo "otra teoría es que se la nombró así por Ben Caunt, un campeón de boxeo de peso pesado", señala la página.
2. El Big Ben tiene un suplente
Las campanadas del Big Ben son una tradición británica amada por muchos, y no solo dentro del Reino Unido.
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos alrededor del mundo se aferraban a sus radios para escuchar el familiar tañido con el que comenzaba sus trasmisiones el Servicio Mundial de la BBC.
Las campanadas, transmitidas en vivo, eran señal de que Reino Unido no había caído.
Pero a lo largo de estos 157 años ha habido momentos -como ahora- en que la famosa campana debió silenciarse por reparaciones.
En estos casos algunas veces se recurrió al suplente del Big Ben: Great Tom, la campana de St.Paul´s Cathedral (la Catedral de San Pablo).
Sin embargo, en esta ocasión la BBC -que aún utiliza las campanadas en vivo para sus transmisiones de radio nacionales- informó que utilizará una grabación del verdadero Big Ben mientras esté en reparaciones.
3. Hay otras campanas que interpretan un aria de Handel
Además de la Gran Campana -como ya dijimos: el verdadero Big Ben- hay cuatro campanas más, que marcan el cuarto de hora.
Para hacerlo, tocan una reconocible y muy amada melodía llamada oficialmente "Campanadas de Westminster", que se usa en varios lugares del mundo.
Los amantes de George Frideric Handel capaz reconozcan el sonido, ya que viene de una famosa aria del compositor: "I Know that My Redeemer Liveth" (Sé que mi Redentor vive), de la obra "El Mesías".
Puedes escuchar la melodía -e incluso bajar las famosas campanadas para usar en tu celular- en este vínculo del Parlamento británico.
4. El reloj se ajusta con monedas
El Big Ben sigue funcionando con el mismo -entonces novedoso- mecanismo con el que se creó en 1859, algo que no será alterado con esta nueva refacción.
El sistema -sorprendentemente- funciona gracias a la gravedad: tres veces por semana los ingenieros a cargo del reloj le dan cuerda a unos cables conectados a grandes pesas que cuando caen, activan los trenes de engranaje.
El tren central es controlado por un péndulo, que hace girar los engranajes.
Para ajustar la velocidad de este péndulo se colocan peniques en su parte superior, lo que altera su centro de masa.
Esto tiene el efecto de incrementar la velocidad del reloj 2/5 de un segundo en un período de 24 horas.
Si necesitan que el reloj vaya más lentamente, le quitan peniques.
Es gracias a este poco sofisticado sistema que el Big Ben se mantiene perfectamente puntual.
5. El Big Ben le sigue los pasos a la Torre de Pisa
Si visita Londres y observa cuidadosamente la famosa torre del Parlamento quizás le parezca que está levemente torcida.
¡No le eche la culpa a la cerveza que acaba de tomarse en el pub! Lo que ve no es un efecto óptico sino que la torre efectivamente está inclinada.
Así se estableció en 2011, después de que se tomaran medidas del edificio de 96 metros.
Esos estudios mostraron que la torre estaba inclinada 0,26º hacia el noroeste, lo que significaba una desviación de casi medio metro, en su punto más alto, respecto a su eje.
Los expertos lo atribuyeron a pequeños movimientos generados por décadas de trabajos de construcción subterránea en la zona donde está el Big Ben.
Sin embargo, aclararon que la inclinación es mucho menor que el de la famosa Torre de Pisa, que alcanza los 5º, y señalaron que a la torre británica le llevaría unos 10.000 años llegar a estar tan reclinada como su famosa prima italiana.