Por primera vez en la historia de la ciencia, un equipo de astrónomos consiguió localizar el origen de unas extrañas señales de radio provenientes del espacio. Consiste en un fenómeno conocido como "estallido rápido de radio" que libera en fracción de segundo tanta energía como el Sol en varios días.

El hecho ocurre 10 años después de que un grupo de expertos detectaran 18 de estas extrañas señales, pero sin la capacidad de identificar su fuente. Es por esto que hoy se marca un antes y después en el estudio del espacio que nos rodea, ya que se ha descubierto que las ráfagas de señales (FRB en inglés) provienen de una galaxia enana en forma de pentágono situada a 3 millones de años luz desde La Tierra, en la constelación de Auriga. Para lograr esto utilizaron una red radiotelescopios europea de alta tecnología.

El hallazgo fue publicado en la revista "Nature", en donde destacan que el haber logrado encontrar la galaxia de la que procede la FRB y su distancia "es un gran paso adelante, pero aún tenemos muchas cosas que hacer antes de entender totalmente" qué son las ráfagas rápidas de radio, señalan en el estudio.

"Estos destellos de radio deben tener enormes cantidades de energía para ser visibles desde más de 3.000 millones de años luz de distancia", afirmó el científico de la Universidad de Cornell, Shami Chatterjee. A esto agregó que es "improbable que se trate de señales artificiales".

Si bien los científicos concluyeron que las señales provienen de una galaxia, aún no han logrado identificar el objeto concreto dentro de esta que produzca las emisiones.

“Posiblemente se trata de un fenómeno asociado con un núcleo de galaxia activo o, más probablemente, los enormes pulsos emitidos por un magnetar, una estrella de neutrones joven con un campo magnético extraordinario”, explica Chatterjee.

El hecho de que estas señales provengan de una galaxia enana puede ser una "pista vital" para conocer su naturaleza física, ya que sus condiciones podrían posibilitar que se formen estrellas mucho más masivas que en la Vía Láctea, esto podría significar que la fuente de la FRB sean restos de alguna de esas estrellas.

El astrónomo Radboud Heino Falcke destaca en la revista Nature que “Si nuestros ojos fueran sensibles a las ondas de radio, veríamos iluminarse el cielo -por estas señales- unas dos veces por minuto".

Publicidad