A sus 57 años, Abraham "Avi" Loeb ya ha publicado más de 700 trabajos teóricos sobre fenómenos astrofísicos, dirige el Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard y en el último tiempo se ha interesado en el estudio de la vida y la inteligencia fuera del planeta Tierra.
En una entrevista con ABC, este físico teórico de Harvard asegura que la existencia de vida extraterrestre es una de las preguntas más importantes de la humanidad, y que si nos topáramos con otros seres inteligentes, eso cambiaría radicalmente la imagen de lo que somos y representamos.
"Las inteligencias extraterrestres podrían multiplicar nuestro conocimiento de forma imposible de cuantificar. Sería como si una persona de la Edad Media fuera catapultada al siglo XXI", afirma el astrónomo.
Y aseguró que los primeros los extraterrestres ya estarían en la tierra, tema que dejó plasmado en un artículo en la revista Astrophysical Journal Letter. "El 19 de octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS, en Hawái, registró un objeto extraño en el firmamento. Se movía tan rápido que solo podía proceder de algún lugar fuera del sistema solar. Se trata de la primera visita que nos llega del espacio exterior de la que tengamos conocimiento. Se lo bautizó con el nombre de ‘Oumuamua", aseguró.
Sobre el impacto de este tema, afirmó que "nuestro horizonte se ha ido ampliando a lo largo de la historia, del individuo a la familia, luego al clan y después al país. Más tarde descubrimos otros continentes en los que también vivían seres humanos. Si ahora encontramos otras criaturas fuera de la Tierra, estaríamos ante la ampliación definitiva de nuestro horizonte".
Aunque Loeb es optimista respecto a encontrar vida extraterrestre inteligente, asegura que lo más probable es que sean totalmente diferentes a nosotros: "puede que no nos encontremos directamente con otras formas de vida, sino solo con sus artefactos", indica.
"La vida, o al menos la vida terrícola, no está hecha para los viajes interestelares. La radiación cósmica será un problema enorme incluso en un trayecto tan corto como ir a Marte", amplía el experto.
Respecto a un encuentro cercano del tercer tipo, el científico indica que lo más probable es que nunca logremos hallar a una civilización intacta, sino solo sus restos o ruinas.
"Sospecho que las civilizaciones son muy efímeras. En otras palabras: que no son muy cuidadosas con su planeta, y al final acaban destruyéndose a sí mismas, ya sea mediante guerras nucleares, por los efectos de sus acciones sobre el clima o por la destrucción de su entorno", sentencia Loeb.