El primer museo de arte clic en India, en la sureña ciudad de Chennai, ha recibido a unos 50.000 visitantes desde que abrió sus puertas hace apenas cuatro meses. Geeta Pandey, de la BBC, no resistió la tentación de ir a ver qué maravillas alberga para atraer tales multitudes.

Al entrar en el museo, escucho gritos de emoción.

Una vez adentro, me siento como Alicia en el país de las maravillas.

Ahí está Adán, saliéndose del marco, para entregarme una manzana. Eva observa.

Atlas me ofrece un enorme diamante mientras la Monalisa me sirve una humeante taza de café.

Te puedes tomar un selfie con un chimpancé y jugar con un delfín.

Y, antes de irte, no olvides recoger tu Oscar.

Pero espera, ¡este viaje también está lleno de peligros!

¿Puedes evitar que te corten el cuerpo en dos? ¿Eres lo suficientemente valiente para luchar contra la enorme serpiente que se desliza detrás de ti? ¿O sobrevivir una patada letal de Bruce Lee?

Para planear mi estrategia, me siento en la silla más cercana... mala idea: ¡me encogí!

"¡Qué sensación tan curiosa!", dijo Alicia cuando se tomó la poción marcada "Tómame" en el país de las maravillas y se encogió, algo que le pasó a nuestra corresponsal, sin haberse tomado nada.

Así se consigue el efecto de la silla gigante.

El museo tiene 24 obras expuestas, que fueron creadas usando pinturas en 3D e ilusiones ópticas.

Le ofrecen a los visitantes la oportunidad de interactuar y convertirse en parte de la escena.

Si es cierto que en el arte, las obras no están completas sin un observador, en el arte clic, el observador -en la gran mayoría de los casos- con su cámara interactúa con otro(s) que se integra a las obras.

El ingeniero Loganathan P dice que trabaja bajo una presión tremenda y que la visita al museo le ayudó a relajarse.

El creador de esta popular atracción es el artista artista Tamil AP Shreethar, un veterano en el montaje de espectáculos artísticos, que ha montado 64 en India y el exterior.

En este caso, dice, se inspiró en los clásicos, como "Monalisa y obras de grandes maestros para que la gente pudiera reconocerlos con facilidad".

Alentado por el éxito de este proyecto, planea abrir otros 22 museos en Delhi, Goa, Mumbai, San Francisco y Malta.

El artista AP Shreethar dice que no anticipó una respuesta tan entusiasta.

Así cualquiera es torero.

Dado el tipo de obras, no sorprende que el museo le guste a los niños así como a los adultos.

Sahasra Rushika, de 7 años, y su hermano de 4, Atharva Raghav, no cesan de correr entre una y otra pintura, posando para que los fotografíen.

"La mejor es la del ángel; es mi favorita porque puedo volar", dice Saharsa.

Dos chicas posando con los ángeles.

Un poco más allá hay hombres y mujeres posando para la cámara de celulares, tomándose selfies o pidiéndole a otros que lo hagan.

El arte clic, dice Tamil AP Shreethar, es perfecto para esta generación, obsesionada con fotografías y selfies.

Es un museo perfecto para la generación selfie.

Eso es cierto, pero no quiere decir que sea algo nuevo que vino de la mano de nuevas tecnologías.

El arte clic, que también es conocido como arte óptico o 3D, es el mismo Trompe-l'œil, que significa "engañar al ojo" en francés, o Trampantojo.

La técnica usa imágenes en dos dimensiones pero crea la ilusión de que son tridimensionales, lo que hace que la pintura parezca más real.

Aunque el término Trompe-l'œil se originó en el período barroco, sabemos que se usaba en la época de los griegos y romanos para hacer que las habitaciones parecieran más grandes.

En la suntuosa Iglesia Jesuita de Viena, el hermano Andrea Pozzo -arquitecto, pintor y escultor- fue responsable de la decoración. ¿Ves el techo? En realidad, es plano.

Sin embargo, la tecnología con la que contamos hoy en día permite una nueva encarnación del trampantojo.

"Hace 7 u 8 años un museo así no habría funcionado. Pero ahora todo el mundo tiene un teléfono con cámara y eso lo hace muy popular", añade.

Shreethar dice que la mayoría de los visitantes toman unas 50 fotos y que la página de Facebook del museo ha sido etiquetado en casi un millón de fotografías.

"Sabía que iba a ser un éxito, pero hasta nosotros estamos asombrados con el nivel de interés", concluye.

Sahasra Rushika recibe su Oscar al salir.

Publicidad