Para poder mejorar la salud, uno de los consejos más habituales de la comunidad médica es el evitar el sedentarismo y realizar actividad física de manera recurrente. 

Sin embargo, para muchas personas resulta difícil poder implementar esta medida, por diversos motivos. Ya sea por falta de organización, pereza o simplemente una inercia inicial, el deporte suele ser dejado de lado. 

En un estudio reciente, realizado por un equipo de la Universidad de Coventry, se descubrió que el meterse a un jacuzzi y darse un placentero baño de agua caliente, puede ser tan beneficioso como salir a correr. 

La investigación científica, según la información entregada por el medio británico The Sun, consideró una muestra de "20 participantes sanos de entre 26 y 60 años". En medio de una sesión de spa, se midió "su frecuencia cardíaca, presión arterial, flujo sanguíneo, ansiedad, cortisol salival, estado de ánimo y percepción térmica, e hicieron un cuestionario de seguimiento".  

A partir de este experimento, se pudo concluir que "después de la inmersión, el flujo sanguíneo a las piernas aumentó en un 345% en promedio, aproximadamente lo mismo que después de un trote de 30 minutos". 

Asimismo, otra de las observaciones relevantes del estudio es que luego del baño, "la frecuencia cardíaca también se disparó en un promedio de 31 latidos por minuto, lo que equivale aproximadamente a una caminata rápida": 

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