Este miércoles el Concejo Municipal de Ñuñoa aprobó cambiar el nombre de la calle República de Israel por Nueva Ñuñoa.
La decisión aprobada por siete votos a favor y uno en contra, fue justificada como una sanción a lo que consideraron un "genocidio" de Israel en la Franja de Gaza. Desde la comunidad judía criticaron la determinación y apuntaron a una "decisión arbitraria" y de ignorar la "voluntad de los vecinos" y el "marco legal", esto debido a que el nombre de República de Israel "fue otorgado mediante decreto de ley presidencial en 1959, lo que le otorga plena validez y respaldo".
Ahora, el alcalde electo de la comuna, Sebastián Sichel, se refirió a la determinación del concejo y ha la polémica que ha generado en las últimas horas.
"EL CONCEJO TOMÓ UNA DECISIÓN AUTORITARIA"
En conversación con La Tercera, Sebastián Sichel calificó de "insólito" el hecho ocurrido este martes durante el concejo municipal. "En la última sesión del Concejo Municipal, en la que no hay alcaldesa porque se fue a la Subsecretaría de Deportes, varios de los miembros que tomaron la decisión perdieron la elección, como Kena Lorenzini y otros. El concejo tomó una decisión de largo plazo para la comuna usando una técnica autoritaria, conocida como leyes de amarre", comenzó señalando.
En esa línea, explicó que "esto se hizo sin consultar a los vecinos de esa calle y exportando un conflicto internacional a Chile, lo que me parece una muy mala decisión. Además, fue tomada de manera unilateral y en contra de las normas básicas de respeto hacia los vecinos y las autoridades que asumirán. Una decisión así no puede ser impulsada por intereses ideológicos y menos cuando se ha perdido la legitimidad política para tomarla".
Sichel opinó que "nadie en su último día como autoridad, después de haber perdido una elección, debería tomar decisiones de largo plazo. Esto demuestra una falta de respeto democrático hacia las nuevas autoridades que asumirán el cargo, en este caso, los nuevos concejales".
Por último, dijo que "este tipo de decisiones, tomadas de manera apurada y sin consultar adecuadamente a los vecinos, representan lo peor de las malas prácticas políticas. Es un intento de dejar amarrado al próximo concejo y de imponer una agenda que no refleja las verdaderas necesidades de la comuna. Esto vulnera gravemente la confianza de los vecinos en sus instituciones, y como próximo alcalde no puedo avalar este tipo de acciones", concluyó.