En medio de las manifestaciones que repletan el país y que exigen, entre otras cosas, la disminución de la brecha salarial en Chile, el presidente del Senado, Jaime Quintana, junto a su par PPD Ricardo Lagos Weber anunciaron un proyecto de reforma constitucional para la disminuir la dieta parlamentaria. 

Quintana remarcó que para "ir recuperando las confianzas se requieren hechos concretos (...) Si queremos reducir las inequidades, tenemos que partir con el ejemplo".

La dieta parlamentaria corresponde al monto mensual que reciben los legisladores por su labor, y que equivale al que reciben los ministros de Estado. Y su monto bruto asciende a $ 9.349.851, lo que se traduce en cerca de 6 millones líquidos, dependiendo de los descuentos previsionales y de salud con que cuenta cada representante. 

Un monto que difiere de las asignaciones parlamentarias, que corresponden a los fondos con que cuentan para el ejercicio de su labor: desde el pago de asesores, viáticos, pasajes aéreos, arriendo de vehículos, celular, arriendo de oficinas, entre otros, y cuyo tope es de $20 millones para los senadores y de $11 para los diputados. 

La propuesta de los senadores fue ampliamente respaldado por el diputado Giorgio Jackson, quien a comienzos de este 2019 presentó un proyecto junto a Gabriel Boric para lograr el mismo fin.

En concreto, la propuesta de Jackson y Boric busca que el monto de la dieta parlamentaria no puede ser más que 20 sueldos mínimos y que se traduciría en que sus sueldos bajarían a 6 millones bruto. Actualmente, la remuneración de los parlamentarios equivale a más de 33 sueldos mínimos, situando a los legisladores chilenos como los mejor pagados de la OCDE. 

 

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