El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, reveló que el Gobierno se encuentra estudiando la implementación de una nueva medida cautelar con la intención de descongestionar las cárceles a lo largo del país.
Cordero señaló que se trata de “una medida cautelar intermedia entre la prisión preventiva y el arresto domiciliario, con mecanismo de seguimiento telemático, de modo de tratar de reducir el número de privados de libertad que tengan bajo compromiso delictual y que puedan tener seguimiento adecuado de este modo”.
“Es un anteproyecto de ley que está estudiando el Ejecutivo. En términos sencillos se traduce en tener control telemático, arresto con control telemático, de aquellas personas que estén en posibilidades de estar a esa medida cautelar de modo de poder descongestionar cárceles”, agregó.
Sobre la iniciativa, el titular de Justicia afirmó que “está apuntado principalmente a personas que estando en prisión preventiva van a ser probablemente, por los tipos de delitos, van a ser condenados a penas que no suponen cumplimiento efectivo. Eso es aproximadamente, con los datos que tenemos hoy, el 30 por ciento de las personas que están privadas de libertad".
Situación de las cárceles
El ministro Cordero apuntó que uno de los principales problemas que se registran a la fecha es “que la infraestructura penitenciaria en la actualidad es el exactamente el número de plazas desde el año 2012 (...) las proyecciones de Gendarmería para principios del próximo año es que vamos a tener sobre 50 mil privados de libertad”.
“Los efectos que está generando la sobrepoblación implica activar una serie de mecanismos, que se han iniciado el próximo año, que es habilitar nuevas plazas que se puedan encontrar dentro de los establecimientos vigentes, rehabilitar otros centros y lo más importante para efectos de largo plazo, reactivar el plan de infraestructura penitenciaria para los próximos años”, agregó.
Cordero, además, indicó que “la pretensión de más personas dentro de la cárcel es más seguridad tiene dos problemas: El primero, es que en mayor hacinamiento impide a Gendarmería hacer segregaciones adecuadas y la segregación es determinante para poder realizar un conjunto de medidas. El segundo gran problema es que las posibilidades de reinserción disminuyen drásticamente, por lo tanto, lo que vamos a tener son personas que cumpliendo sus condenas, sin ningún beneficio, van a salir al medio libre con posibilidades altísimas de reincidencia”.