“Vivir Juntos: economía, política y ética de lo comunitario y lo colectivo” es el nombre del libro del economista y presidente del directorio de Codelco, Óscar Landerretche, donde hace una reflexión en torno al actual modelo económico.
En entrevista con The Clinic, detalla que “mi hipótesis es que el capitalismo no sobrevive si no tiene una base comunitaria y colectiva. No es factible, se autodestruye. De hecho, estamos llenos de espacios que no son mercado y en los cuales se producen tomas de decisiones fundamentales para el funcionamiento del capitalismo”.
Landerretche, militante PS, enfrenta la discusión en torno a las críticas hacia la Concertación, en particular la que apunta a que en sus cuatro mandatos se habría desmovilizado a la sociedad, reduciendo el espacio de lo público, para dejarlo todo al mercado y al consumo.
“He leído muchas veces eso. Pero, honestamente, no lo vi. Lo que vi, y puede ser una vivencia muy particular mía, fue un momento anticlimático de la sociedad chilena que terminó siendo para mí la imagen casi caricaturesca del Chino Ríos”, señala.
Para el economista “la izquierda falló en que no debió haberse sentido satisfecha con eso. Siempre me molestó que el mundo del cristianismo y socialismo se hayan sentido okey con la utopía liberal del Chino Ríos y su ‘no estoy ni ahí, que además lo encuentro autodestructivo”.
¿Se está autodestruyendo la izquierda? “Estoy insatisfecho con el tipo de izquierda que tenemos y su desempeño. Pero no creo que se esté autodestruyendo”, señala.
“Socialismo flashmob” y el proceso constituyente
En la entrevista, Landerretche ahonda en el peligro de convertir lo comunitario “en un socialismo flashmob”.
“El socialismo flashmob es esta idea de que un día uno se junta en un parque, tiene un momento de liberación y después vuelve a trabajar al banco como si nada. Una cosa parecida al tai-chi. No me opongo, pero no creo que sea la receta para una sociedad más justa y comunitaria. Hay que tener cuidado con estos experimentos de fin de semana”, explica.
En este contexto, apunta al proceso constituyente: “Yo creo que van a funcionar, es un proceso de aprendizaje. Pero también creo que tienen algo del socialismo flashmob. Es mejor diseñar estas cosas de acuerdo a cómo se comporta la gente”.
“Si uno quiere que un grupo de adultos modernos de Chile se pasen un sábado entero discutiendo, tiene que pensar en cómo hacerlo entretenido, porque no van a ir a un galpón frío a matarse de lata. Si la gente se la pasa en el mall, que son las nuevas plazas ciudadanas, ¿por qué no hacer en el mall un espacio de discusión constitucional? Si uno se aleja del gesto severo, geriátrico, y lo hace de la forma más accesible, incluso atractiva, van a ocurrir encuentros ciudadanos más chascones, que pueden ser más efectivos. Acuérdense que la discusión constitucional en Islandia fue por Facebook. No fue exitosa, pero algo se aprendió”, señala.
Consultado si participará en algún encuentro, dijo que “puede ser. Pero si siguen con estos formatos que se parecen a reuniones de partidos políticos, capaz que no”.
Esto pues –afirma- los encuentros tienen “ese peligro de transformarse en la reunión latera del sábado de los militantes que llevan 500 mil años yendo a reclamar sobre la globalización. Así, además, van a ir solamente los conversos, y necesitas que vayan los otros”.
Con todo, señala que "mi crítica es porque quiero que resulte, pero hay otra malintencionada que no quiere que resulte y objetará todo lo que se haga".