Este martes, Cancillería abordó la salida del exembajador de Chile en Francia, José Miguel Capdevila. Su controversial partida se dio luego de que en junio se abrieran dos sumarios en su contra por denuncias de maltrato laboral.
Consultados por las denuncias que presentaron contra el ahora exdiplomático desde el Ejecutivo aseguraron que "el sumario confirmó la verosimilitud de las denuncias y la autoridad instruyó como sanción una multa del 20% de su remuneración. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la solicitud de renuncia".
Desde Relaciones Exteriores señalaron a BioBioChile que la remoción del cargo de Capdevila se dio por "pérdida de confianza".
En esa línea, sostuvieron que los motivos que argumentan se dan "luego de que rechaza tres ofertas de trabajos concretas, dentro de las cuales estaban dos destinaciones como jefe de misión en el exterior".
En detalle, explicaron que tras el sumario y los resultados del proceso investigativo al que se sometió por las denuncias, "se le ofrecieron dos misiones. Rechazó ambas, solicitando exclusivamente una asignación que no estaba disponible, exigiendo encabezar una división específica, bajo condiciones especiales, petición que por razones de forma y de fondo era imposible aceptar".
La crítica de Capdevila al gobierno
Mediante una carta a El Mercurio, titulada como "La destrucción de una larga carrera diplomática", Capdevila señala cómo se dieron los hechos.
"Llevando un año en funciones en Francia, el canciller (Alberto) Van Klaveren decidió removerme del cargo aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral. La determinación del ministro se adoptó violando el principio de inocencia y el debido proceso que la Constitución y las leyes garantizan a cualquier ciudadano. Tal decisión se materializó un mes antes de la visita oficial del Presidente Gabriel Boric a Francia" señala el exembajador en la misiva.
En el escrito, Capdevila acusó falta de objetividad durante el proceso de investigación. "El sumario instruido adoleció de la objetividad e imparcialidad necesarias. Se designó a una abogada vinculada a un colectivo feminista como primera fiscal, y luego a una embajadora de carrera que había sido jefa de una de las denunciantes en una representación diplomática".
Por último, acusó que "esto nunca fue la búsqueda de la verdad administrativa, solo el previsible epilogo de una persecución política, atizada con perspectiva de género, del “yo te creo amiga”, y la intervención de una influyente ministra en apoyo de las funcionarias".