-¿Tienes interés en acercarte a Amarillos, lo ves como un potencial punto de encuentro del centro y de la centro izquierda?

-Hace un buen rato que estoy trabajando para la reconfiguración del mapa político y particularmente la unidad del mundo de centro. Yo creo que Amarillos jugó un rol muy importante a la hora de crear una plataforma para todos aquellos que siendo del mundo de la centro izquierda, no estamos de acuerdo con la alianza con el Partido Comunista, ni tampoco estábamos de acuerdo con el proyecto de la Constitución identitaria, planteada por la Convención.

Una vez logrado el objetivo del Rechazo, lo que yo les planteaba a Amarillos es la importancia de crear una alternativa política, porque hay mucha gente que se identifica con ellos, otros con Demócratas, otros están independientes, como mirando el escenario. En el corto plazo debiera crearse una especie como de federación de partidos de centro que reúna a todo el mundo social, cristiano, liberal y socialdemócrata, que no está disponible para que tengamos gobiernos de mala factura como los que hemos tenido últimamente.

-¿Estás disponible para ingresar a Amarillos, lo has pensado?

-No ha sido parte de la conversación. Yo estuve 32 años en un partido político. Uno puede aportar desde la independencia.

-Y hablando de tu antiguo partido, del PPD, está en una crisis bien profunda. ¿Cuán grave es?

-Es una crisis que se arrastra hace ya un buen tiempo. Mi percepción es que las bases del partido dejaron al partido. Algunos se fueron al Frente Amplio y legítimamente aspiraron a una izquierda distinta, y otros se fueron a su casa, esperando que surjan nuevas alternativas. Y prueba de ello es que cuando la directiva del PPD llamó a votar Apruebo, los resultados fueron 62% para el Rechazo.

Luego, en las últimas elecciones parlamentarias, la bancada de diputados quedó con tres diputados. Yo pertenecía a una bancada donde habían 21 diputados. En el Senado lo mismo. Hay tres senadores militantes, Quintana, Carvajal y Lagos Webber, todo el resto son independientes. Entonces mi percepción es que el PPD jugó un rol muy importante, pero hoy día no tiene ninguna influencia política.

-¿A qué se debe esta pérdida de relevancia?

-La diversidad del PPD, que fue un valor en sus inicios, después fue elemento de riesgo para el controlador. Hoy día el PPD se hace parte del gobierno, porque significa tener pegas, o espacios de poder, porque hay una campanilla, que permite financiamiento público. Pero la verdad es que hoy el mundo de la diversidad, el mundo de la innovación, ya no es del PPD: el mundo del futuro está mirando otros escenarios.

-¿Y cómo evalúas el liderazgo de Natalia Piergentili al frente del partido?

-Ella ha tenido un rol de dulce y agraz, no han habido mayores confrontaciones internas durante su mandato y eso es una virtud. Pero el problema es que el partido desapareció del punto de vista de la influencia. No es gravitante ni en el Gobierno ni en el Parlamento. Entonces eso es un problema. Y finalmente, cuando el PPD opta por privilegiar la lógica del Apruebo, desconoció su pasado y eso la gente no lo perdonó.

Ahora uno ve que Natalia trata de salir jugando después de su derrota, diciendo yo soy de centro izquierda y no quería ir con el PC, pero ya es un poco tarde, la gente ya tiene un juicio político respecto del partido y su gestión.

-¿Qué opinas de esta entrevista donde habla de monos peludos y critica al gobierno?

-Yo creo que hay mucha gente que piensa exactamente lo mismo. El problema son las formas de plantearlo y las oportunidades. Eso debió haber sido una entrevista mucho más cuidadosa, más deferente, más prudente, pero diciendo lo mismo. Si hubiese sido por convicción, tendría que haberlo hecho antes de que sus militantes fueran miembros del gobierno. Porque alguien que considera que el Presidente y sus aliados, andan permanentemente mirando, como dijo ella, puras leseras o le hablan al 30%, si uno tiene esa percepción no es parte del oficialismo. Criticar tan duramente a un gobierno del cual se forma parte me parece muy delicado. Y pretender ser el borde derecho dentro del socialismo democrático, no creo que tenga mucho futuro.

Lo que está ocurriendo es que los alcaldes, concejales, consejeros regionales, obviamente se dan cuenta de que la marca PPD, así como la DC, hoy día son más un costo que un beneficio. Y en el corto plazo buscarán alternativas; no es descartable que pronto veamos salidas de personas del partido, porque quieren mantener su cargo de representación popular en las próximas elecciones municipales.

-O sea, tú estás de acuerdo con el fondo de las palabras de Natalia Piergentili, no con la forma.

-Es evidente. Este es un gobierno que se habla a sí mismo. Es un gobierno que tiene, a mi juicio, dos grandes problemas. El primero es que no ha sabido resolver la diferencia entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. La ética de la responsabilidad hace que las convicciones muchas veces deban someterse al rol de autoridad que se juega en el poder.

Uno observa muchos mandos medios que hablan desde su grado de convicción. Por eso tenemos un gobierno de muy mala factura práctica. Se está gobernando mal sobre todo en regiones. Y el segundo problema que tiene es que yo creo que este es un gobierno de Twitter. Es decir, de burbujas. Es un gobierno que le habla efectivamente al 30%, que le habla a su burbuja y que consideran que lo están haciendo increíble.

Cuando uno conversa con uno de ellos, creen que lo están haciendo fantástico. Han perdido dos elecciones en dos años. Algo está diciendo la ciudadanía. Pero la lógica del Gobierno es decir que los votantes “están equivocados”. De esa manera mi percepción es que, lejos de hablar del legado, el Presidente va a dejar un costo. ¿Cuál va a ser el legado del Presidente? Haber logrado que la ultraderecha se fortaleciera.

-¿Tú te sientes opositor al gobierno?

-Yo no soy opositor al gobierno. Siempre he estado disponible para ayudar a aquellos que me han consultado más bien desde la base de la experiencia. Veo con preocupación porque se va a tener que reconstruir el mundo de centroizquierda para evitar que la ultraizquierda y la ultraderecha sigan disputándose un país que requiere un equilibrio entre impuestos para crecer y para redistribuir, equilibrio entre Estado y cooperación privada, equilibrio entre crecimiento y equidad. Eso es lo que a mi juicio debe enfrentarse.

-Recién hablabas del legado de Boric y el fortalecimiento de la ultra derecha. ¿Cómo esperas que se desarrolle la convención que va a estar dominada por la derecha dura y que, si quiere, va a poder hacer la Constitución a su pinta?

-La votación de los republicanos se ha exagerado en sus consecuencias. Primero, porque es una elección acotada a un proceso constituyente. Aquí no es que haya más diputados, ni senadores, ni alcaldes, ni nada. Son constituyentes. Es decir, tienen fecha de vencimiento. Y no creo que estos resultados se repitan en las elecciones municipales ni parlamentarias.

En segundo lugar, es una tremenda responsabilidad tener 22 consejeros: se va a poner a prueba el nivel de responsabilidad y coherencia que pueda tener el Partido Republicano. Porque a la derecha le interesa que la cuestión constitucional se zanje prontamente. Si no tenemos aprobación, el problema va a seguir abierto y, probablemente, en un momento donde el Partido Comunista o la izquierda tengan más relevancia o estén mejor aspectados, la van a volver a levantar.

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