-¿Cómo evalúa el actuar del Gobierno frente a los delitos y hechos de violencia ocurridos en la Región Metropolitana estas últimas 72 horas?

-Estamos frente a un Gobierno y un Estado absolutamente sobrepasados con la delincuencia. Digo “Gobierno y Estado”, porque están involucrados todos los actores, particularmente el Gobierno y el Presidente de la República, porque son los encargados de la seguridad y el orden público en todo el territorio nacional. Los efectos de esto golpean al Estado de Chile. Nadie puede evaluar muy bien el accionar de un Gobierno cuando hemos tenido esta cantidad de homicidios tan poco comunes en nuestro país.

-Este miércoles, la ministra Carolina Tohá lideró una reunión con diferentes actores tras la cual anunció cinco medidas de seguridad, que incluyen una redistribución de policías y una fuerza de tarea conjunta entre Carabineros y la PDI. ¿Qué le parecen estas propuestas?

-Las medidas que anunció el Gobierno son un poco más de lo mismo. Ninguna me llama mucho la atención respecto de situaciones límites que hemos vivido en el último tiempo a la hora de reaccionar. Si van a reforzar cosas como la mancomunión entre las policías y el grupo ECOH, está bien. Si van a hacer redestinaciones de Carabineros, está bien.

Pero no sé cuán profundas son esas medidas respecto a lo que estamos viviendo. Echo de menos medidas más duras, respecto al control e incautación de armas, atendido a las participaciones punibles, aparentemente, de muchos ciudadanos extranjeros. Ojalá este reforzamiento de medidas ya existentes dé buen resultado.

-En materia de armas, ¿hacia dónde cree que se debiese avanzar? La ministra Tohá planteó que se trabajará en una estrategia para que la PDI pueda controlar el armamento “que está circulando en las calles”.

-Creo que hay que enfocarse en la requisación de armas con los elementos que actualmente tenemos, con órdenes judiciales amplias, para buscarlas donde normalmente se encuentran. También le pediría a la Dirección General de Movilización Nacional, donde se registran las armas legales, una mayor participación, porque incluso pueden haber armas legales que están en malos destinos. Creo que aquí hay un punto súper central.

-¿Y respecto al control migratorio?

-La migración es un problema no resuelto. No tenemos colaboración de los países que, de manera desapercibida, permiten la salida de sus ciudadanos. Particularmente de Venezuela, tenemos cero colaboración. Todo lo que se habla de colaboración en los hechos no existe, y deberíamos reaccionar sobre el supuesto de que no hay colaboración de Venezuela para esto, sino mala onda y mala disposición.

A nosotros se nos incorporaron bandas delictuales extranjeras que cometen delitos con un grado inusitado de violencia y abuso de las armas. Ahí tenemos el problema de qué hacemos con esa gente, cómo profundizamos la detención de esas personas, que ya están en delito o que tienen armas. Cómo somos capaces de expulsarlos legalmente, detenerlos transitoriamente mientras se puede hacer la expulsión, o y que no anden circulando por la calle. Estamos en una situación límite y tenemos que tomar medidas límite, antes de que se haga una voz común la solicitud del Estado de Sitio.

-¿Es contrario al Estado de Sitio en la Región Metropolitana?

-Esto tiene un problema logístico. Nuestras Fuerzas Armadas tienen cientos de tareas importantes. No estamos en condiciones de dedicar buena parte de sus efectivos a una medida así en la Región Metropolitana. Quizás podría ser en zonas muy acotadas y específicas.

-Esta vez han sido senadores oficialistas quienes lo han solicitado…

-Ahora, porque hace pocos meses eran los de la oposición. Esta petición es una forma bastante común de reaccionar de los actores políticos en el último tiempo. Y los entiendo, porque para terminar con lo que está pasando hay que hacer algo distinto. Pero, yo me detendría a ver qué posibilidades tenemos de incorporar, ojalá transitoriamente, algunas zonas al Estado de Sitio.

Si el Gobierno quiere analizar esta opción, debiese hacerlo de una manera acotada, en zonas y comunas, porque es mejor y porque la capacidad logística no da para una cuestión tan genérica. No hay capacidad para copar una región como la Metropolitana.

-¿Con otras reglas de uso de la fuerza también, o no?

-Eso es una discusión eterna, porque actualmente hay normas en el Código Penal, que se podrían mejorar. Hubo mucha discusión respecto a lo que podía hacer Carabineros y gente que hoy está en el Gobierno puso en tela de juicio su accionar. Pero cuando llegaron al Gobierno se dieron cuenta de que su teoría, desde el punto de vista de la prevención del delito, era bastante ridícula, y han tenido que dar explicaciones por eso.

-¿Dónde cree que debiese concentrarse el trabajo de Interior, las policías y la Fiscalía?

-Hay tres temas centrales en esta lucha: migración, narcotráfico y armas. En migración, reforzar controles, ingresos, expulsiones y detenciones transitorias. Hay un problema grave ahí. Sobre el narcotráfico, atacar con fuerza la oferta del tráfico. Ahí hay armas ilegales, ajustes de cuentas y homicidios, lo que crea esta sensación brutal que estamos viviendo. Y, finalmente, avanzar en el control del armamento.

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