Todos los senadores y diputados del país no concurren al Congreso durante el mes de febrero por estar de vacaciones. Se trata de una medida adoptada para evitar que el quórum de las votaciones se vea afectado y que así predomine el sentido de democracia.

En este contexto, y durante el receso legislativo de ambas cámaras, los senadores gastaron $5.330.111 en combustible, un monto que está comprendido dentro del ítem traslación de los gastos operacionales y que es desembolsado desde los recursos fiscales.

De acuerdo con el Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, el ítem se define como el "consumo de combustible de senadores y personal de apoyo con contrato vigente, quienes dispondrán de tarjetas entregadas por las compañías bencineras que hayan convenido con la prestación de este servicio".

Si estaban de vacaciones, lo que significa no acudir al Congreso para sesionar, ¿por qué se registra este gasto?

Entre los argumentos entregados, se destaca el hecho de que los senadores tienen una función que no descansa, y se trata de la labor representativa que ellos ejercen. 

"El ítem de combustible es para cumplir con una función constitucional que es la representación, que es independiente de las labores legislativas. No hay inconveniente en usarlo en febrero en la medida que no se utilice para fines personales ni fuera de la jurisdicción respectiva", señaló el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), quien registró un gasto de $153.139 en este ámbito.

Del total de 43 senadores, solo nueve gastaron cero pesos en combustible durante sus vacaciones, pero los 34 restantes sí tuvieron consumo -en mayor o menor cantidad-.

El que alcanza la cifra más alta es el senador Iván Moreira (UDI) con $473.823, quien justificó el gasto por "no haber tenido vacaciones" y con su asistencia al encuentro con beneficiarios del Fosis en Chiloé.

Por último, 16 de ellos no presentaron una justificación de este gasto a pesar de ser consultados por El Mercurio vía Ley de Transparencia.

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