Por Paula Valenzuela
La próxima semana se cumplen 90 días desde que el Presidente Sebastián Piñera decretó, el 19 de marzo pasado, Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe, en el marco de la pandemia del coronavirus.
Según la Constitución, dicha medida es prorrogable hasta por 90 días y permite implementar medidas de restricción como el toque de queda, que, hasta hoy, rige en todo Chile.
De esa decisión -de la que aún no ha trascendido nada particular desde La Moneda, aunque muchos creen que es “obvio” que se deberá extender dada la situación delicada del país- están pendientes los partidos políticos del oficialismo. “Es tema”, reconoce más de un dirigente de Chile Vamos.
En ese sentido, la pregunta que surge en el sector es la siguiente: “¿Es viable un plebiscito en el marco del proceso constituyente en medio de un Estado de Emergencia?”.
En el análisis, los personeros han considerado otro factor: la campaña para el “Apruebo” y el “Rechazo”, según lo estipulado, debe comenzar el próximo 26 de agosto.
El propio ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo este lunes que la crisis durará hasta la primavera. Algo que meses atrás había insinuado respecto a cuándo volvería la normalidad, sin embargo, sus dichos tomaron otro tono pues, durante los últimos, han aumentado sustancialmente el número de fallecidos en el país así como los contagios. Los expertos, además, señalan que aún no se llega al peak.
Si se extiende el Estado de Emergencia, afirman en Chile Vamos, entonces el mundo político deberá volver a sentarse a la mesa para ver alternativas de replantear el plebiscito.
El tema, dicen, ha sido abordado en privado particularmente en RN y la UDI. En Evópoli, afirman, esto no ha sido planteado al interior de la colectividad.
Ya en abril pasado, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que “el rechazo iba como avión” antes del Coronavirus y añadió que “en la pandemia la gente verá que el problema no es la Constitución”. Sus dichos, entonces, levantaron un debate en el sector.
Por esos días, además, el gobierno abordó la conveniencia o no de realizar el plebiscito el próximo 25 de octubre. Dicha fecha, en todo caso, ya fue modificada en marzo cuando la planificación oficial era para el 26 de abril.
La preocupación por no poder hacer campaña
“Siempre dijimos que la crisis sanitaria era el único motivo para postergar el plebiscito. Si la pandemia continúa, habrá que reagendarlo. No podemos estar en un Estado de Excepción y en una campaña al mismo tiempo con la prohibición de reunión y toque de queda”, dice a T13.CL la diputada de RN, Paulina Núñez, integrante de la comisión de Constitución de la Cámara, y quien se ha mostrado a favor de la opción “Apruebo” a la nueva Constitución.
Su par de la bancada, Diego Schalper -quien, por el contrario, está con el “Rechazo”- agrega que es “incompatible” hacer una campaña electoral en medio de un Estado de Excepción. “Si una de las críticas que se la ha hecho a la Constitución de 1980 es que su origen hubo un proceso electoral viciado, el peor error que podríamos cometer es que este proceso constituyente tuviera un proceso electoral sin las garantías de campaña, de discusión de ideas, en fin”, señala a T13.CL.
Eso sí, el diputado plantea una opción que se ha barajado en la propia coalición: que, a fines de julio e inicios de agosto -mes que debe comenzar la campaña-, el gobierno pueda fleixibilizar las medidas del Estado de Emergencia, en caso de que la situación sanitaria lo permita.
“No hay que adelantarse, hay que que esperar cómo evoluciona la pandemia, pero hasta el minuto todo indica que tenemos una situación que lamentablemente se va a mantener por un tiempo más y, por lo tanto, el único criterio que nos tiene que guiar son las condiciones sanitarias”, concluye Schalper.
Desde la UDI, el diputado Juan Antonio Coloma -integrante de la comisión de Constitución de la Cámara- concuerda con sus pares oficialistas. “Si se alarga ese periodo de excepción constitucional, quienes estamos por el Rechazo, nos veremos en la imposibilidad de desarrollar una campaña electoral para promover el Rechazo a la nueva Constitución”, afirma.
En tanto, en Evópoli, el diputado Luciano Cruz-Coke -también miembro de la instancia de Constitución- sostiene: “Si me preguntas hoy, no lo veo posible”. Esto, en relación a realizar campaña electoral en tiempos de la pandemia. “Este virus nos sorprende a diario con su comportamiento, por lo tanto, debiésemos verlo a más tardar los primeros 15 días de julio, dado que tenemos una fecha límite que es el inicio de la campaña legal del Apruebo y del Rechazo”, añade.
¿Congreso Constituyente?
En el sector van más lejos en su análisis. ¿Qué ocurra si se aplaza finalmente el plebiscito? Eso han discutido durante las últimas semanas. Así, vuelve a resurgir -sobre todo desde el sector del “Rechazo”- la idea de convocar para la elección parlamentaria de 2021 que se forme un Congreso Constituyente que finalmente termine redactando una nueva Constitución.
Eso, en todo caso, ha sido desestimado históricamente por parte de la oposición, pues enfatizan en la necesidad de que los ciudadanos se manifiesten su deseo en un plebiscito de entrada y no solo de salida, tal como se concordó -entre oficialismo, oposición y Gobierno- el pasado 15 de noviembre en medio del estallido social.
La tesis, dicen en Chile Vamos, tiene sentido. Y nombran a figuras que han sugerido ese congreso públicamente, como el abogado Enrique Barros. En una columna en El Mercurio, Barros dijo: “Estaría más tranquilo si el Rechazo se asociara a la promesa de que el Congreso que se elija el próximo año tuviere una función constituyente. Sería un camino distinto para un acuerdo constitucional nuevo y comprensivo”.
Desde la directiva de RN, el vicepresidente Tomás Fuentes -quien está por la opción Rechazo- comenta: “Es válido pensar en una alternativa más razonable: elegir un Congreso constituyente en noviembre de 2021”, sobre todo, agrega, si ahora se ha aprobado la ley del límite a la reelección. Con la renovación se mitigan los problemas asociados a que un Congreso con serios problemas de legitimidad sea quien redacte la nueva carta fundamental”, dice.
Ese debate ha surgido también por la preocupación del sector -e incluso del propio Presidente Piñera- en torno a la proliferación de elecciones de 2021: alcaldes, concejales, gobernadores regionales, cores, parlamentarios y los miembros de una eventual Convención Constitucional.
Otra idea que ha surgido en el debate en el oficialismo ha sido la de pasar directo a la elección de miembros de una Convención Constitucional. En mayo pasado, el cientista político y gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de Cadem, Roberto Izikson, dijo: “La realidad es que una nueva Constitución necesita de un nivel de legitimidad y participación alta, que una elección en clave COVID-19 no es capaz de asegurar. Con todos los datos sobre la mesa, un camino de realismo político podría ser descartar el plebiscito de octubre y pasar directamente a la elección de asambleístas de la Convención Constituyente en abril de 2021, quizás asignando algún número de parlamentarios adicionales a los 152 electos, de todas las fuerzas políticas, que le den estabilidad y representatividad política al proceso”.
Con todo, en Chile Vamos dicen que el debate está abierto: recalcan que la discusión se acelerará en momentos en que el gobierno tome una decisión respecto del Estado de Emergencia que pronto expira su vigencia.