AFP

El nuevo gobierno brasileño divulgó el martes una lista de 25 proyectos de concesiones y privatizaciones en los sectores de infraestructura, transporte y minería, que buscan sacar al país de la recesión y recomponer las arcas del Estado.

El Programa "Crecer" de Asociación de Inversiones (PPI, por sus siglas en portugués) prevé para este mismo año abrir la subasta por las concesiones de cuatro aeropuertos -Porto Alegre, Florianópolis (sur), Salvador y Fortaleza (noreste)-, así como de los terminales portuarios de combustibles de Santarem (en la confluencia de los ríos Tapajós y Amazonas) y de trigo de Rio de Janeiro.

"La idea básica de este programa de asociación de inversiones naturalmente apunta ante todo al crecimiento económico del país. Pero, como consecuencia natural, a la creación de empleos", afirmó durante un discurso en Brasilia el presidente Michel Temer, que asumió definitivamente el poder el 31 de agosto tras la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff.

El PPI también prevé lanzar subastas bajo el régimen de concesiones por campos petrolíferos y gasíferos marginales (que dejaron de ser rentables para la compañía que los explota actualmente, pero que aún no llegaron a su madurez).

El gobierno busca, además, ceder sus activos en la Compañía de Investigación y Recursos Minerales y privatizar seis distribuidoras de electricidad, entre ellas Amazonas Distribuidora de Energía.

De acuerdo al plan inicial, en 2017 se concretarán 21 proyectos y los cuatro restantes quedarán para el primer semestre de 2018.

"El poder público no puede hacerlo todo (...), tiene que contar con la presencia de la iniciativa privada como agente inductor del desarrollo y productor de empleos", adujo el mandatario durante la presentación. 

Atractivo internacional 

Cuando asumió el poder de forma interina en mayo, Temer se fijó el gran objetivo de reactivar la economía y sanear los enormes números rojos en las cuentas públicas del gigante sudamericano, hundido en su peor crisis en décadas.

Brasil cerró 2015 con una recesión de 3,8% y este año se encamina a una contracción similar, mientras la inflación está muy por encima de la meta fijada y aumenta el desempleo.

Ahora, con Rousseff ya destituida y con su cargo asegurado hasta fines de 2018, Temer ha lanzado el prometido paquete de ajustes que tanto esperan los mercados, pero que conlleva medidas de alta impopularidad. 

Antes de anunciar el plan de concesiones, la nueva administración ya envió una propuesta de enmienda constitucional para limitar por 20 años el gasto público al aumento de la inflación, levantando cuestionamientos por posibles recortes en salud y educación.

Mientras, las reformas a los regímenes de seguridad social y de trabajo, cuyo contenido no ha sido divulgado oficialmente, tocan temas de gran sensibilidad, como el aumento de la edad de retiro y la flexibilización de las jornadas laborales.

El camino de la recuperación para el gobierno conservador pasa, sin embargo, por seducir a los inversores extranjeros, como ya evidenció Temer hace durante su viaje a la cumbre del G20 en China hace diez días. 

En su estreno mundial, el presidente de Brasil se esforzó por mostrar que el país "ha pasado página" tras un período de "turbulencias políticas" y que sus reformas le devolverán el crecimiento perdido. 

Para aumentar su atractivo internacional, el Proyecto "Crecer" estipula que todas las convocatorias para las concesiones serán publicadas en inglés y portugués. El plazo para recibir las propuestas se ampliará, además, a 100 días con el objetivo de que "un número mayor de inversores se prepare para participar en los concursos", según el comunicado emitido por el gobierno.

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