El Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó este martes su misión en Chile, arrojando conclusiones acerca de la economía nacional en su tradicional informe del Artículo IV del organismo. 

En su declaración, el personal técnico del Fondo señala que se han “corregido en gran medida” los desequilibrios macroeconómicos acumulados en el país durante la pandemia del Covid-19, pero advierte que la coyuntura externa “sigue siendo complicada”. 

Así, el FMI sostiene que la economía está “encaminándose hacia su crecimiento tendencial” y a la meta de inflación del 3%. Proyecta que, tras indicios de estabilidad en el segundo trimestre de este año, el crecimiento trimestral retornará a su ritmo potencial durante el 2024, esperando un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) real entre 1,5%-2% el próximo año, para llegar a 2%-2,5% a mediano plazo. 

En tanto, este año la inflación terminará entre 4%-4,5% y para mitad del próximo año convergerá a la meta del Banco Central de 3%. También, el déficit en cuenta corriente se reducirá a 3,25% del PIB en 2023 y a cerca del 3% del PIB a mediano plazo.

Enfático llamado a reformas

A nivel de políticas, el Fondo apunta a que es “necesario reformar el régimen tributario y de pensiones para financiar las necesidades sociales”, al igual que hacer esfuerzos para promover la inversión, con enfoque hacia la transición verde, “incluyendo una estrategia clara a largo plazo para desarrollar la industria del litio”. 

También, se destaca que la adaptación continua de los marcos institucionales de políticas de Chile -como monetaria, fiscal y del sector financiero- a nuevos desarrollos, reforzará la resiliencia en un mundo más propenso a shocks.

Sin embargo, el FMI advierte que el principal riesgo interno es la polarización y fragmentación política, ya que podrían llevar a demoras adicionales en las reformas, además de la incertidumbre acerca de la solvencia de las isapres. Esto, en conjunto a que todavía existe descontento social por la desigualdad y la situación de la seguridad.

A nivel externo, señalan como riesgo el periodo prolongado de tasas de interés altas en el mundo, la volatilidad de los precios de las materias primas debido a la desaceleración en China y la intensificación de los conflictos regionales en el mundo. 

Recomendaciones: Reservas internacionales y política fiscal

La declaración también sostiene que el Banco Central debe reanudar el programa de acumulación de reservas, actualmente suspendido, cuando las condiciones del mercado “sean propicias”. 

Esto ya que, las reservas internacionales “pueden ofrecer una protección contra los posibles riesgos en una economía mundial más propensa a shocks que podrían resultar en condiciones desordenadas en el mercado”. 

En el caso de la política fiscal, el FMI señala que si bien Chile dispone de cierto espacio en sus finanzas públicas para apoyar la reactivación económica y atender las necesidades sociales, adelantar la reducción del déficit facilitaría el cumplimiento de la meta fiscal del Gobierno a mediano plazo. 

De esta manera, destacan que el Presupuesto 2024 sería “un avance hacia la reducción del déficit”, pero implicaría “una considerable restricción del gasto en los años posteriores de no existir respaldo político a favor de nuevas medidas tributarias”.

En el caso del pacto fiscal, apuntan que puede ser “una importante contribución” a favor de una economía más equitativa y dinámica. Pero advierten que no se debe depender excesivamente de los resultados que se esperan obtener de las medidas para combatir la evasión fiscal hasta que se cuente con evidencias claras de que dichos logros se materializarán. 

También, el FMI propone considerar otras alternativa de recaudación, como ajustes de los impuestos correctivos y opciones para elevar la baja recaudación del impuesto a la renta de las personas naturales en Chile. Al igual que un aumento gradual del gravamen al precio del carbono, que al mismo tiempo ayudaría a alcanzar las metas de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) y la neutralidad de emisiones netas. 

“La introducción de mejoras en el ya muy sólido marco fiscal de Chile incrementaría la resiliencia de la política fiscal”, indica el reporte.

Así, agrega que tanto la adopción de un nivel prudente de la deuda pública en 2022, la introducción de metas fiscales anuales en la trayectoria a mediano plazo a partir de 2024 y la propuesta de cláusula de escape, que está siendo debatida en el Congreso, “han reforzado considerablemente el marco fiscal”.

También se destaca como mejora la nueva fórmula simplificada para determinar los ingresos estructurales derivados del litio, pero se precisa que podría ir perfeccionándose con el tiempo. 

También destacan la decisión del Ejecutivo de avanzar gradualmente en la descentralización fiscal con iniciativas conexas, como el fortalecimiento de la capacidad regional de gestión financiera pública, el reforzamiento del control asociado a los riesgos de gobernanza, la mejora de la transparencia fiscal y la rendición de cuentas a nivel regional y la ampliación del papel que cumple el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) en la evaluación de las reglas fiscales subnacionales.

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