Si el martes fue el turno del Banco Central de exponer en la comisión de Constitución del Senado sobre el impacto del cuarto retiro del 10% de los fondos de pensiones, este miércoles fue el turno de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) la que realizó comentarios de la reforma constitucional que permite un nuevo anticipo de rentas vitalicias, proyecto que tiene en vilo a la industria aseguradora.
El presidente del organismo regulador, Joaquín Cortez, reiteró a los senadores que en un escenario de menor riesgo, tres compañías de seguros podrían caer en insolvencia, mientras que en un contexto de mayor riesgo hasta nueve empresas caerían en esa condición.
Sin embargo, Cortez agregó nueva información al debate, al señalar que siete aseguradoras de vida no cuentan con la liquidez necesaria en la actualidad para pagar un nuevo anticipo del producto previsional. Ello, en medio de un "viraje" en la decisión de inversiones de compañías de seguros, dejando de invertir en activos de largo plazo.
"Esta moción tiene un impacto importante en la liquidez de las compañías de seguros. Las estimaciones que ha hecho nuestro equipo técnico dicen que, en este caso, hay siete compañías de seguros de vida que no tendrían suficiente activos líquidos para pagar el anticipo", indicó el supervisor.
"No hemos contemplado en esta estimaciones el impacto patrimonial que se genera por el costo financiero de generar la liquidez, por salir a vender activos en un mercado que hoy día está bastante ilíquido", agregó.
Deterioro patrimonial
El regulador advirtió que el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados podría afectar al 57% del patrimonio total de la industria aseguradora de vida.
"¿Por qué nos importa este deterioro patrimonial? El patrimonio de las compañías de seguros, es el principal mecanismo que tiene la regulación para asegurar el pago oportuno de las pensiones. Si el valor de los activos de las compañías de seguros cae por ejemplo, por un tema crediticio, por un bono que no se pagó, una recesión o los pensionados viven más allá de lo esperado, es el capital de los dueños de la compañía el que tiene que absorber este riesgo", explicó.
"Al debilitarse la base de capital ante posibles nuevos eventos de tensión, aumenta el riesgo de que las compañías no puedan pagar las pensiones u otros seguros. Vale decir, el capital es un "colchón" que tienen las compañías para eventos inesperados", añadió.