El general director de Carabineros, Bruno Villalobos, descartó que las gastos reservados que se ocupan en la institución sean destinados a pagar incentivos a los funcionarios, como ha aparecido en los medios.
"No son sobresueldos. Esa plata no tiene esa finalidad. Son dineros reservados y secretos. Sobresueldo es un término mal empleado", dijo ante la comisión investigadora de la Cámara sobre el fraude en Carabineros.
Respecto a las listas que han circulado en los medios de comunicación, algunas de las cuales se han publicado con su nombre en ellas, Villalobos aseguró que "nunca las he visto. No son documentos oficiales de carabineros. Desconozco si son verdad (los datos que aparecen)".
Por lo mismo, destacó que durante su período al mando de la institución solo se entregan a las altas reparticiones, no a las personas.
Villalobos explicó brevemente a qué se refieren estos gastos reservados. Dijo que se trataba de dinero en efectivo y que las cifras que se entregan están por debajo de los $ 500 mil.
De acuerdo al general director, estos fondos se encontraban bajo la administración del detenido general (r) Flavio Echeverría. "Él los custodiaba y hacía la distribución, yo los firmaba", subrayó.
Medidas para evitar nuevos casos
El general director asistió a la comisión en compañía de varios generales, entre ellos René Ureta, el director de Finanzas, quien explicó la organización del departamento de Finanzas, que estuvo liderada por Echeverría, y las medidas que se han tomado para evitar nuevos casos como el actual.
Destacó un “deficiente componente valórico de los involucrados” y que hubo una falta de “control jerárquico por los mandos de la dirección de finanzas”, además de un “debilitamiento de la inspectoría general”, lo que redundó en las dificultades “para detectar la maquinaria” de defraudación.
El director de finanzas resaltó que la masiva malversación fue permitida debido a que “todos los ideólogos estaban en la misma línea de mando y nosotros sistemas de control eran permeables”.
Por lo mismo, atribuyó la generación de este proceso controlado por la dirección de finanzas “no pasaba por la tuición del general director”.
Entre las medidas que se han implementado aparecen traslado y contratación de personal nuevos sistemas informáticos, la actualización de las matrices de riesgo y la división de los trabajos que realizaban en los departamentos investigados, para optimizar la fiscalización de esas labores.
“Todo lo que estamos haciendo están en pos de que esto no vuelva a pasar”, manifestó Ureta.
El inspector general Nabih Soza se explayó en la misma línea, subrayando el aumento de profesionales fiscalizadores civiles, además de la llegada de funcionarios de Orden y Seguridad a su dirección.