El pasado miércoles, se encontró el cuerpo sin vida de Daniela Olate en el sector Lo Carrasco en Florida, región del Biobío.

La joven de 23 años salió de su domicilio el Concepción el martes 16 de julio. Alrededor de las 10 de la mañana, llegó a la casa de su abuela en el sector de San Jorge en Florida para entregarle unos medicamentos.

Sus familiares declaran que Daniela informó sus pasos, avisó cuando tomó bus, cuando llegó donde su abuela y cuando comenzó el camino de regreso.

Según información entregada por su familia, en el sector de El Álamo se subió al vehículo de una persona que se había ofrecido a trasladarla.

Al subirse, le envió un mensaje a su hermana para avisarle que se subió al vehículo de “un caballero”. Envió su ubicación a través de mensajería, pero después se perdió su rastro.

La búsqueda se extendió hasta el miércoles 17 cuando se encontró su cuerpo con lesiones atribuibles a terceras personas, por lo que se indaga un homicidio.

Pedro Olate, tío de la víctima, entregó antecedentes sobre su caso. “Lo único que sabemos es que un auto le paró, se ofreció para traerla. Después ella (su hermana) le envió un WhatsApp y le llegaron. Empezó a enviarle (más mensajes) y después vio que no le llegó (el mensaje). La llamó y su teléfono estaba apagado”.

Se espera que durante la jornada del viernes, el cuerpo de Daniela Olate sea entregado a su familia.

Familia clama por justicia para joven asesinada en Florida

Daniela Olate había finalizado sus estudios superiores como laboratorista. Su padre, Luis Olate la describe como una “niña alegre”.

“Íbamos a la iglesia, somos cristianos. Ella el día sábado fue a la iglesia y llegó contenta, dijo que Dios le tenía una gran bendición”, declaró a T13.

“Este no era un enfermo de mente, sino que era un chacal, un chacal como lo hizo con mi hija, ella no se merecía esta muerte”, aseguró Olate.

Anteriormente, Luis Olate había manifestado que se hija era una persona llena de sueños. “Ella terminó sus estudios, su práctica, feliz, contenta. Estaba descansando para después retomar su trabajo".

"El fin de semana fuimos a comprar la pulpería y ella me decía, 'papá, yo cuando llegue a trabajar, vamos a comprar la pulpería'. 'Ya, hija', le decía yo". Tenía montones de sueños. Ella me decía, 'papá, cuando empiece a trabajar, voy a juntar platita, voy a comprarme un departamento para vivir. Voy a tener mi casita. Y después le vamos a comprar un autito para salir con mi mamita, con usted'", dijo.

Y expresó: "Queremos que se haga justicia, porque hoy me tocó a mí con mi esposa, pero mañana o pasado le puede tocar a otra familia".

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