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Este jueves la justicia española condenó a los chilenos Mónica Caballero (28) y Francisco Solar (39) a 12 años de cárcel por la detonación de un artefacto explosivo en la basílica El Pilar, ubicada en Zaragoza, España, durante octubre de 2013.

Si bien los nacionales fueron absueltos por los delitos de "pertenencia a organización terrorista" y por "cospiración para cometer un delito de estragos terroristas" a otro edificio religioso ubicado en Barcelona, el tribunal los consideró culpables de otros dos ilícitos. 

Este es el detalle del fallo:

La pena que cumplirán Caballero y Solar

La Fiscalía española, además de los dos delitos por los que fueron exonerados, acusó a los chilenos por de "delito de lesiones de carácter terrorista" y de "delito de estragos terroristas".

De esta manera, tendrán que pagar por el primero cinco años y por el segundo siete, totalizando una condena de 12 años de cárcel.

Además, deberán indemnizar "conjunta y solidariamente" a la ciudadana española Marta García, quien fue la única lesionada en el incidente. Deberán pagarle 22.775 euros (17.500.000 pesos chilenos), mientras que al Cabildo de Zaragoza deberán pagar 182.601 euros (140 millones de pesos). 

El relato de los hechos

Según consta en la sentencia divulgada este jueves, la investigación demostró que los inculpados "actuando de manera autónoma decidieron atacar contra la Basílica del Pilar de Zaragoza, como uno de los símbolos del Estado, al que querían agredir".

Hecho que se concretó finalmente el día 2 de octubre de 2013, cuando se desplazaron desde su hogar en Barcelona hacia la basílica y colocaron "un artefacto explosivo compuesto por una bombona de gas butano, dos kilógramos de pólvora negra y un reloj activador (...) en un punto ubicado en la nave central del templo, entre el altar y el coro".

La bomba explotó a las 13:45 horas de ese mismo día y 10 minutos antes se dio un aviso desde una cabina pública a una peluquería del sector.

Pareja chilena es condenada a 12 años de cárcel por colocar bomba en España

Después de un juicio llevado a cabo en la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional española, la pareja de chilenos anarquistas involucrados en el atentado con bomba de Zaragoza, en 2013, fueron condenados a 12 años de cárcel. El tribunal determinó que Francisco Javier Solar y Mónica Caballero son culpables por delito de daños y por lesiones terroritas.

Los efectos fueron graves para la ciudadana española Marta García, que se encontraba en el templo y terminó con secuelas como estrés postraumático, déficit en su audición y dolores articulares.

Más allá de García, no se registraron lesionados, pero sí se produjeron daños al interior del templo avaluados en 182.601 euros.

La vinculación de los chilenos

El 12 de noviembre de 2013 se identificó a Mónica Caballero y Francisco Solar como sospechosos, por lo que se les inspeccionó su domicilio en Barcelona y se encontraron diversos objetos que fueron utilizados como prueba en el juicio.

La identificación se hizo por medio de las cámaras de seguridad cercanas al hecho y las declaraciones de los policías encargados de la investigación.

Un policía identificado con el carnet profesional 73.920 indicó que en la revisión de las filmaciones llamaban la atención "dos personas que ocultaban sus rostros vestidas con prendas invernales en un día en que reinaban las altas temperaturas, que llevaban una bolsa". Fueron grabadas en un bar cercano a la basílica.

A partir de esas imágenes, se desarrolló un informe biométrico en el que también se utilizaron imágenes de los involucrados aparecidas en la prensa chilena con anterioridad. En el caso de Solar se adviertieron "fuertes coincidencias" entre ambas fuentes, mientras que en el caso de Mónica Caballero no ocurrió lo mismo, "fundamentalmente al ángulo de inclinación de la cara, la mala calidad de la imagen y los pixeles existentes entre sus ojos".

El fallo plantea que a la luz de las pruebas y "la percepción íntima" del tribunal, existe el "convencimiento" de que esas dos personas eran las que en la mañana del 2 de octubre de 2013, se dirigieron a Zaragoza, fueron a un bar y salieron de él 10 minutos después "con premura y sin tomar la consumición que pidieron". Después se produjo la explosión.

Finalmente, la sentencia reconoce que "nadie les vio acceder al templo y ubicar en su interior dicho artefacto, moviéndonos en este punto en los parámetros de la prueba indiciaria (...) unidos al hecho de ser ambos anarquistas insurreccionistas, que persiguen atacar al Estado", siendo la iglesia uno de ellos.

Ataque a Monserrat

En el fallo se detalla que en las indagaciones a la casa de los inculpados habían billetes de tren desde la Generalitat en Cataluña de Barcelona al monasterio Monserrat y trípticos turísticos sobre la instalación. También se mostraron grabaciones del 12 de noviembre de 2013 en que ellos se ven al interior del templo catalán.

Sin embargo, "no aparece acreditado que Francisco Javier y Mónica Andres hubieran decidido ejecutar acto alguno tendente a acometer contra dicha Basílica".

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