1) Focos simultáneos (y presunta intencionalidad). La simultaneidad de al menos 4 de los incendios detectados desde el viernes la Región de Valparaíso es uno de los factores que explicarían la magnitud de la tragedia que, según informó el domingo el subsecretario del Interior Manuel Monsalve, ya alcanzaba los 112 muertos. De estos, 32 habían sido identificados por el Servicio Médico Legal (SML). Este lunes, el SML actualizó la cifra a 122.

  • El contraalmirante Daniel Muñoz, jefe de la Defensa en las provincias de Valparaíso y Marga Marga, planteó este lunes en Radio ADN que “hay indicios de que en los orígenes de estos mega incendios hay patrones de comportamiento, de que hubo una planificación, algo orquestado y organizado”.
  • Esta hipótesis ya había sido planteada por el gobernador Rodrigo Mundaca (Modatima) y el superintendente de Bomberos de Valparaíso, Juan Paredes.
  • Este lunes por la mañana se informó de la detención por parte de las Fuerzas Armadas de 2 sospechosos del incendio en el jardín botánico de Viña del Mar, pero la fiscalía consideró insuficientes los antecedentes reunidos para formalizar cargos en contra de ellos y quedaron libres.

2) Altas temperaturas, baja humedad y viento. Un segundo factor detrás de la tragedia sería la combinación de altas temperaturas, baja humedad y fuertes vientos ocurridos en medio de una larga sequía.

  • El arquitecto Víctor Orellana, ex subdirector de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) y actualmente consultor de gestión de riesgo de VOA Consultores dijo que “las condiciones del día en particular cuando se generó el incendio eran extremas en términos de temperatura, viento y humedad”.
  • Se trató, dijo, de vientos de más de 60 kilómetros por hora, más de 30 grados Celsius de temperatura y baja humedad: “Esto, dentro de 9 días de una ola de calor histórica, que marca otro escenario y eso sobre una sequía de 15 años”.
  • Esa sequía estuvo intercalada por un año con más precipitaciones, que generó pastos largos que ya estaban secos y que favorecieron que se quemaran “casi 10 mil hectáreas en 2 días”.

3) Rápida propagación a zonas urbanas. Un tercer factor fue la rápida propagación desde áreas rurales —con plantaciones de eucaliptos y otras especies de rápida combustión— hacia zonas urbanas, con una mayor densidad poblacional.

  • Michel De L’Herbe, experto en gestión de riesgos y asesor de riesgos de MGMT, explicó que “este incendio no fue contenido en sus primeras fases y, por lo tanto, al ser de comportamiento extremo, siguió propagándose de manera muy rápida desde la zona de vegetación hacia la zona urbana”.
  • Comparó lo ocurrido con la destrucción del pueblo de Santa Olga del Maule en 2017 y el de Santa Juana del Biobío en 2023, que dejó 17 muertos. “Los casos de Santa Olga y Santa Juana son situaciones similares”, dijo. “Desde el punto de vista de análisis de gestión y del fenómeno, la verdad es que no tienen mayor diferencia. El alto impacto hoy es porque esto llega a una zona altamente poblada”.

4) Casas de material ligero. Las imágenes difundidas el fin de semana mostraron también la rápida destrucción de casas de material ligero.

  • El ministro de Vivienda Carlos Montes dijo el sábado que “alrededor del 30% de las viviendas afectadas son de conjuntos ya consolidados y muy antiguos, de un estándar de vivienda de hace ya unos 20 años atrás o más. El 70% restante, una parte son ocupaciones irregulares y otra parte son campamentos, que están trabajando regularmente con el Minvu en el proceso de regularización y clarificación de la tenencia del suelo y urbanización de distinta naturaleza”.
  • El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) informó este lunes que las viviendas dañadas en la Región de Valparaíso oscilaban entre las 3.100 y 6.100.

5) Más combustible para el incendio. En las ocupaciones irregulares y campamentos se observó dificultades tanto para la rápida evacuación como para la llegada de ayuda en vehículos: calles estrechas, algunas sin pavimentar, con autos estacionados en estas.

  • Víctor Orellana sostuvo que, de acuerdo con el municipio de Viña del Mar, se destruyeron 33 campamentos.
  • “En todos bordes que hay entre el borde y la quebrada y la ciudad está esta zona de vivienda irregular que no tiene agua, que tiene caminos que son precarios, donde no llega un carro de Bomberos, y son hechas de material ligero muy combustible. Eso hace que la línea desde el bosque a la ciudad entrega mucho combustible al incendio, le da más fuerza para seguir bajando”.

6) Falta de información sobre la evacuación. “El sistema SAE básicamente lo que hace es enviar un mensaje a un celular, pero no va a acompañado de información”, dice Michel De L’Herbe, ni de mecanismos de redundancia.

  • Esto, plantea, tiene 2 problemas: “Las antenas se afectan, se destruyen y en muchos casos la señal no llega. Por otra parte, cuando llega, lo único que dice es que recomienda evacuar. El tema es que estas son emergencias dinámicas, que cambian rápidamente, y por lo tanto la evacuación es una operación, y en esa información para la operación no se entrega, por ejemplo, un elemento básico: decir hacia dónde hay que evacuar”.
  • Respecto del primer punto, el subsecretario de Telecomunicaciones Claudio Araya dijo que hasta este lunes permanecían 121 estaciones caídas en la Región de Valparaíso.

7) Gente que permaneció en sus casas por temor a los saqueos. Los testimonios del fin de semana mostraron también la reticencia de vecinos de zonas afectadas a dejar sus casas por temor a los saqueos. El toque de queda decretado por el jefe de la defensa apuntó a facilitar el combate al fuego pero también a prevenir estos delitos.

  • Al respecto, el ex subdirector de Onemi planteó que “factores que pueden retrasar una evacuación son los saqueos, el arraigo en el lugar, los animales de subsistencias, los negocios, hay muchos factores que están en juego. Hay que estar en el lugar de ellos para poder entender la desesperación de las personas”.
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