Qué observar. El Presidente Boric anunció este jueves la construcción de una cárcel de seguridad para líderes de organizaciones criminales, luego de la ola de homicidios que se llevó a cabo el fin de semana en Quilicura y Lampa y que incluyó la muerte de menores.

El modelo italiano. Para la construcción de esta cárcel, la administración Boric ha venido sosteniendo conversaciones con el Programa de Asistencia de Organizaciones Criminales de la Unión Europea (PAcCTO). La idea es que el recinto se haga cargo de los perfiles criminales de los internos, más violentos y algunos con redes en Chile y el extranjero, lo que supone el inicio de una reforma interna a Gendarmería, la segmentación de reos y la forma en que se los vigila.

  • Este jueves, luego de que el Presidente Boric hiciera el anuncio, el gobierno descartó que el modelo que esté siguiente es el de Nayib Bukele, quien construyó en El Salvador el Centro de Confinamiento del Terrorismo. Se trata de la mega cárcel que se construyó en 2020, donde están recluidos peligrosos reos de la banda de “Las Maras”. Ahí las camas son una placa metálica sin colchón, hay controles de reconocimiento facial y cuatro cercos de seguridad entre cada módulo, entre otras cosas.
  • Altas fuentes oficialistas dicen que La Moneda siempre ha mirado el modelo europeo y en concreto, el “41-bis” italiano, entre otros.
  • El 41-bis de la Ley de Administración Penitenciaria de Italia -conocido como “carcere duro“- consiste entre otras cosas en una estricta supervisión de los prisioneros para que no planifiquen delitos fuera o dentro del recinto. En esos lugares caen personas vinculadas al crimen organizado, narcotráfico y terrorismo, entre otros.

Tratamiento de los reclusos. En este régimen penitenciario, las visitas son limitadas, lo mismo que las horas al aire libre. El sistema prevé la suspensión de la aplicación de “las normas normales de tratamiento de los reclusos”, que se aplica durante períodos “estrictamente necesarios”.

Un régimen antimafia. La extensión del régimen se remonta a 1992, tras el atentado de Capaci en que perdieron la vida el juez Giovanni Falcone, su esposa y los escoltas a manos de la mafia italiana.

  • Según el medio Sky TG24, “ese año, el llamado decreto antimafia Martelli-Scotti fue aprobado por el Consejo de Ministros y amplió el artículo 41 bis (segundo párrafo), reservándolo para los detenidos mafiosos o sospechosos-acusados ​​de crimen organizado. El decreto, que inicialmente suscita dudas constitucionales, críticas y debates, pretende impedir que los jefes en prisión tengan contacto con la familia, sigan mandando y dando órdenes”.
  • En 2002 este régimen penitenciario se amplió a condenados por terrorismo, subversión y otros tipos de delitos. Según el mismo medio, en 2009, la ley de “Disposiciones sobre seguridad pública” estableció que “el 41 bis puede tener una duración de cuatro años y las prórrogas pueden ser de dos años cada una”.
  • En 2017 se dio a conocer una circular con 10 reglas para regular el sistema con el mundo exterior, vida social al interior del recinto. Se dieron facilidades para tener una mayor privacidad y disponer de libros, por ejemplo.
  • Según publicó el diario La Repubblica “los patrones encarcelados, de hecho, intentan reproducir las jerarquías externas incluso dentro de las cárceles o enviar mensajes a sus afiliados. Diversas investigaciones han permitido descubrir cómo se organizaban algunas operaciones criminales en las prisiones: los jefes mafiosos arrestados lograban comunicarse mediante frases en clave que luego eran denunciadas fuera de la prisión por familiares o amigos que los visitaban”.
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