Una inédita noticia para los amantes de la ciencia llega a nuestro país: Esta semana se firmó un convenio para la creación del Laboratorio Nacional de Supercomputación.
Esta iniciativa, -una colaboración interinstitucional entre 39 universidades, 4 centros de investigación y la Red Universitaria Nacional (REUNA)-, tiene como objetivo garantizar los recursos de cómputo necesarios para mantener un grado de competitividad internacional y contribuir al desarrollo del país de manera transversal.
La inversión estatal en infraestructura de supercomputación en Chile se ha generado a través de fondos concursables de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Fue así que hace 12 años, se originó el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento, creado en 2010 por el Centro de Modelamiento Matemático (CMM).
"Su nodo de procesamiento está alojado en el CMM, donde se encuentra instalado Guacolda-Leftraru, el supercomputador más potente de Chile y uno de los más importantes de Latinoamérica, que está dedicado a la academia y tiene una capacidad de 5236 núcleos de cómputo, 266 TFLOPS de rendimiento, conexión Infiniband a 56 Gbps y 4 PB de almacenamiento", destacan desde la Universidad de Chile.
Computar para competir
La idea de este proyecto es generar autonomía nacional en el análisis de datos y así apuntar a la soberanía en este ámbito de la ciencia.
"Uno de los objetivos del Ministerio es avanzar hacia una soberanía nacional en la capacidad de análisis de datos, en el sentido que desde el Estado podamos articular la recolección y análisis de datos en una gobernanza común. Por eso, quiero destacar la firma de este acuerdo de más de 40 instituciones, que establece la voluntad de avanzar hacia una institucionalidad que permita crear, en el corto plazo, un Laboratorio Nacional de Supercomputación, con el objetivo de garantizar una gobernanza de los datos y tener esa soberanía nacional respecto de este tema, que es tan importante para el desarrollo de nuestro país”, afirma el ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Flavio Salazar.
El objetivo de esta iniciativa es seguir modelos como los de China, Estados Unidos, Japón y España, donde el Estado se hace cargo de la ciencia en términos de inversión para así buscar progreso económico y social.
“El apoyo internacional ha sido vital para llegar adonde estamos. En 2020, iniciamos la travesía que nos ha llevado hasta lo que está aconteciendo hoy día. En enero de ese año recibimos la visita de Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center —el centro de supercomputación más relevante de España—, tras lo cual nos invitaron a participar en el proyecto europeo RISC2, como uno de sus dieciséis socios y únicos representantes nacionales. El foco de este proyecto es muy atingente con nuestra iniciativa, pues se centra en impulsar la supercomputación en Latinoamérica y Europa, y fomentar la cooperación entre ambas regiones. Dentro de este contexto internacional, también nos llena de orgullo y satisfacción que el proyecto EU-LAC nos haya seleccionado como referente para invertir en la formación de otros administradores de supercomputación en Latinoamérica. Esto avala todos los esfuerzos realizados por más de una década, que nos sitúan como un centro de clase mundial”, explica Ginés Guerrero, director ejecutivo del NLHPC.