Gendarmería de Chile dio de baja a un funcionario del Centro Penitenciario Femenino de Arica, quien es acusado de mantener una relación con una reclusa que es parte del clan Los Gallegos, el brazo operativo del Tren de Aragua en Chile.
Según mostró Chilevisión, cámaras de seguridad del penal daban cuenta de la cercanía entre el gendarme y la reclusa Frandy Dávila, de 21 años, quien es acusada de asociación ilícita para la trata de personas, tráfico de armas y tráfico de drogas en nuestro país.
Dávila está detenida desde el 6 de junio de 2022 y es una de las decenas de acusados de ser parte del clan Los Gallegos, quienes cometían diversas actividades ilícitas en nuestro país y tienen una relación directa con el Tren de Aragua.
El gendarme identificado como Alexis tenía 17 años de servicio en la institución y fue dado de baja, luego que se le vinculara sentimentalmente con la reclusa.
"Nosotros tenemos que hacer lo que nos mandata la ley, (que) es custodiar y rehabilitar a estas personas", dijo al medio Víctor Provoste, subdirector operativo de Gendarmería.
Las cámaras de seguridad del lugar muestran que Frandy Dávila y una compañera comparten un momento con Alexis y otro gendarme mientras bailan y fuman delante de él.
Desde Gendarmería acusan, además, que detectaron un “correo” en el que se delata un mecanismo para pasarle objetos a la reclusa, entre los que constan cigarrillos en al menos cinco oportunidades.
Gendarme descarta una relación con la integrante del Tren de Aragua
En conversación con Chilevisión, el gendarme descartó que tuviera una relación con la reclusa de nacionalidad venezolana y aseguró que solo intentaba mantener “la unidad tranquila”.
“Acá lamentablemente se tergiversaron cosas que no son así. Lo único que hice fue conversar con ella y mantener la unidad tranquila, pero todo fue dentro de la unidad. Nunca tuve una conversación anexa con la interna y todo fue bajo cámara”, aseguró Alexis.
“Me causa extrañeza de que todos los videos fueron cortados”, planteó.
Sin embargo, otra de las situaciones que fueron detectadas por Gendarmería era que la reclusa tenía en su perfil de la red social Instagram una foto en la cárcel y que el propio gendarme era parte de sus seguidores.