Un informe de Contraloría encargado por la diputada independiente, Karla Rubilar detectó que la Superintendencia de Salud Pública realizó una excesiva compra de fórmulas lácteas de inicio para bebés (relleno).

De acuerdo con lo investigado por el órgano fiscalizador, y revelado por El Mercurio, la institución adquirió 96 mil tarros del producto, cuando realmente se necesitaban 9 mil para satisfacer la demanda de los usuarios del sistema público.

La compra de los 87 mil tarros extra de fórmula le significó al Estado un gasto de más de $422 millones desde 2014. "No existen antecedentes que justifiquen la cantidad de producto", indica la Contraloría en su informe. 

Con todo lo anterior, el ente fiscalizador ordenó que se reintegraran los dineros utilizados para la compra, ya que consideran que el gasto es "improcedente".

Desde la Subsecretaría de Salud Pública, a cargo de Jaime Burrows, aseguraron que el proceso se encontraba "abierto" y que estaban en la "revisión de las observaciones formuladas". 

Asimismo, indicaron que "se adquirió el número adecuado y programado de fórmulas de inicio para disponibilizarlas en la población más vulnerable contemplada en el piloto creado para este programa".

Publicidad