El Juzgado de Garantía de Quilpué dictó condenas para los siete implicados en el caso de la secta de Colliguay, donde en 2012 dieron muerte a un bebé de dos días, quien fue entregado al sacrificio a solicitud de su líder Ramón Castillo Gaete, conocido como “Antares de la Luz”, quien se suicidó en 2013 en Cusco.
Natalia Guerra (en la foto), culpable del delito de parricidio consumado al lanzar a su hijo Jesús a la hoguera, y Pablo Undurraga, mano derecha de "Antares" y quien fue sentenciado por homicidio calificado, recibieron una pena de cinco años y no son merecedores de penas sustitutivas, por lo que deberán cumplir el plazo en prisión.
David Pastén, Karla Franchi, María Pilar Álvarez, Carolina Vargas y Josefina López, encubridores del delito, recibieron tres años, los que cumplirá bajo libertad vigilada intensiva.
En la lectura del fallo, la jueza enumeró una serie de episodios que, a su entender, le permitían entender que los imputados tenían “conciencia del ilícito” y descartar así las versiones de trastornos siquiátricos de las defensas.
También rechazó los argumentos que hacían referencia a que existía un “miedo insuperable” a Castillo y subrayó que estaban en “plena libertad de acción”, lo que comprueba que otras personas abandonaron la secta y el libre contacto que tenían con el exterior