Hace 60 años se inició la construcción de la circunvalación Américo Vespucio, un anillo de casi 65 kilómetros que rodeaba la zona urbana de Santiago. Sin embargo, con el crecimiento de la ciudad, este anillo se ha transformado en una autopista urbana que conecta distintas comunas de la capital. El último tramo de esta autopista, conocido como Américo Vespucio Oriente 2 (AVO II), tiene una extensión de 5,2 kilómetros y se está construyendo bajo tierra, con un avance del 7%.
Las obras de AVO II se centran en conectar las comunas de Ñuñoa, Macul, La Reina y Peñalolén, con la promesa de reducir significativamente los tiempos de viaje. Se espera que el trayecto entre Príncipe de Gales y Los Presidentes tome solo cinco minutos una vez que el proyecto esté finalizado. La autopista contará con dos túneles, uno en cada sentido, que irán desde La Rotonda Atenas hasta la autopista AVO I en Avenida El Valle.
Los túneles alcanzan una profundidad de hasta 50 metros y, según las autoridades, no deberían presentar los mismos problemas de filtración que afectaron a la autopista AVO 1, gracias a las diferencias en la geografía y el terreno. Además de la construcción subterránea, el proyecto incluye mejoras urbanas en la superficie, con la creación de 71,000 metros cuadrados de áreas verdes y un tramo de 7 kilómetros de ciclovías.
Con una inversión de 815 millones de dólares, la finalización de AVO 2 está proyectada para el segundo semestre de 2028. Este proyecto no solo mejorará la calidad de vida de quienes utilizan la autopista, sino que también beneficiará a las comunidades cercanas a través de la creación de espacios públicos y un mejor acceso a la ciudad.